Home / Ciudades / Danos mas Santos Señor

Danos mas Santos Señor

/
/

La Comisión para las Causas de los Santos de la Arquidiócesis de México realizará los próximos 22 y 23 de septiembre el Congreso de los Santos "La Santidad para Todos" en el Colegio Simón Bolivar al sur de la ciudad de México. ¿Qué esperar de este encuentro y cuál es la importancia para la Iglesia de encontrar en estos hombres y mujeres ejemplos de una verdadera vida cristiana?

 

Carlos Villa Roiz

 

¿Colecciona la Iglesia santos y por ello promueve numerosas causas de beatificación? ¿Para qué sirven los santos, si ni siquiera aparecen todos los nombres en los calendarios? Estas, y otras preguntas más, llevan a la Arquidiócesis de México a realizar un Congreso anual ?La Santidad para Todos?, en el que se informan sobre los avances y dificultades de cada uno de los candidatos, al tiempo que se ventilan abiertamente las biografías de todos ellos.

 

Los santos constituyen ejemplos de vida para los bautizados, aunque también pueden ser modelos de inspiración, incluso, para los ateos. San Francisco de Asís, por ejemplo, ha inspirado a personas y líderes de todas las religiones e incluso, personas de buena voluntad, para que adopten la postura de amor y respeto a todas las criaturas, a las que el santo llamaba sus hermanos.

Los santos y santas de la Iglesia católica confirman la misericordia de Dios que derramó infinidad de gracias, a través del Espíritu Santo, para santificar a personas sensibles al llamado de Jesús para que todos seamos perfectos. El llamado a la santidad es un bien común, de modo que cualquier persona puede alcanzar esta gracia, no por méritos propios, sino con la indispensable ayuda de Jesús.

 

La historia demuestra que el hombre es pecador, pues incluso, entre los apóstoles, destacamos acciones como la de Pedro que se hundía en las aguas por falta de fe, además de que tres veces negó a Cristo, y sin embargo, fue sobre ese hombre en quien recayó el peso de impulsar la Iglesia que fundo Cristo.

 

Si bien, el martirio, por sí mismo, es un camino seguro hacia los altares, la práctica de las virtudes en grado heroico también conlleva a la santidad, y es por esto que la Comisión para las Causas de los Santos insiste en promover a los candidatos a los altares, y más aún, se interesa en ampliar la lista, porque cada generación, cada territorio, tiene personas que han sabido aprovechar las gracias y dones de Dios, para su propia gloria.

 

Por lo general, son las propias congregaciones religiosas las interesadas en promover a sus fundadores y fundadoras hacia la beatificación. Pero también hay laicos virtuosos cuyas causas se promueven desde esta Comisión, con la certeza de que sus vidas pueden ser modelos de inspiración, más allá de convertirse en santos patronos por cuya mediación, se puedan alcanzar algunos favores de Dios.

 

Aunque todos los santos pueden ofrecer con el ejemplo de sus vidas, respuestas precisas a innumerables dudas que en la sociedad moderna se presentan con frecuencia, la contemporanización de nuevos candidatos también ayudan en el proceso de identificación de los fieles a los modelos de santidad. Por ejemplo, a Santa Teresita del Niño Jesús la conocemos tal cual fue gracias a la fotografía; a la beata Teresa de Calcuta le hemos visto en Televisión; al Siervo de Dios Juan Pablo II lo hemos saludado en estadios y nuestras calles y plazas? hoy, encontramos santos, beatos, venerables y Siervos de Dios que han usado pantalón de mezclilla, que han viajado en automóvil o en avión, que han ocupado cargos sencillos o de importancia en innumerables empresas y gobiernos, amas de casa, sacerdotes y religiosos parroquianos? y personas simples con las que hemos tenido contacto en nuestra vida cotidiana.

 

La diferencia entre ellos y nosotros está en su forma de vida, en la respuesta que ellos dan a Dios con sus actitudes, en la caridad que llevan a la práctica, en la confianza que tienen sobre el amor y la misericordia de Dios.

 

El estudio detallado de las biografías no basta para que la Iglesia pueda declarar santo a cualquier candidato. Tampoco basta el testimonio de la gente sobre la fama de santidad, o la persistencia de la memoria de una persona a través del tiempo o su trascendencia geográfica.

 

Los milagros son necesarios. Esa es la prueba de fuego. Es la firma de Dios de que una persona ya está en el cielo. El milagro doblega a la ciencia. Se burla de ella y le dice que Dios existe y que él mismo impuso las leyes a la naturaleza para que el hombre mismo las descubriera y se beneficiara con ellas.

 

Sin embargo, en lo inexplicable está la mano de Dios que sabe ocultar a los sabios y poderosos las cosas simples de la fe. La limitación de la ciencia es el milagro. Por eso, la ciencia no acepta milagros, porque es incapaz de reconocer su debilidad.

Facebook Comments
  • Facebook
  • Twitter
  • Google+
  • Linkedin
  • Pinterest
This div height required for enabling the sticky sidebar