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Los poblanos y el culto a la Santa Muerte

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“La muerte es un ángel que tiene en sus dedos magnéticos
El descanso y el don de los sueños extáticos“.
Charles Baudelaire

Por años, la religión predominante en la ciudad de Los Ángeles fue y lo sigue siendo la católica, se muestra intolerante hacia diferentes credos o concepciones diferentes a la religión Romana; sin embargo, ese esquema ya se ha ido rompiendo poco a poco con el paso de los años y la entrada del nuevo siglo. Los devotos de la “Santa Muerte” son una muestra de ello, pues a pesar de la polémica que genera  el tema, así como el rechazo de muchas personas, han ido creciendo poco a poco en Puebla, no solo en la ciudad, si no al interior del estado.

A través de la ventanilla de alguna unidad de la ruta Agua Azul o la 12, en la 9 norte,  entre 12 y 14 poniente se vislumbra un local donde se venden toda clase de productos esotéricos, y al fondo se ve imponente dentro de una vitrina, un en esqueleto  cubierto con mantas, y un cetro como si se tratara del santo de una iglesia. Ahí está “La Niña”, como la llaman sus devotos.  A su alrededor hay manzanas, tequila, cigarros y flores que la gente le lleva como ofrenda.

“Le hace promesas y peticiones para que ella les haga un milagrito” comenta el Hermano Miguel, quien es también el guardián de este pequeño altar que recibe un promedio de 600 personas al día de diferentes partes de la entidad, incluso de otros estados.

“Viene gente de todas partes de la república, de chihuahua, Acapulco, Guerrero, vienen extranjeros chinos y japoneses, se han llevado fotografías por que les interesa”. Afuera del local está montado un pequeño equipo de sonido, emite música  que hace alusión a la muerte, como es el caso de la canción “La Muerte Chiquita”  de Cafetacuva mientras el guardián del majestuoso altar nos va hablando de cómo ha ido creciendo la fe a “La Flaquita” en el estado.
Mientras la entrevista avanza, entra un hombre vestido de mariachi, a hacer su oración, mismo que permaneció a­hí por más de 20 minutos, lo rociaron con un líquido azul que ellos llaman “agua de las 7 iglesias”, se frota la cabeza con un cigarro, y después un  joven quien también es uno de los encargados del “Majestuoso Altar de la Santa Muerte” -como ya es conocido por varias personas- le unta tequila en la cabeza y parte del cuello.

Por momentos nos vemos apretados en el pequeño local, porque  el flujo de gente crece y la habitación no es suficiente para todos. Ahí a un costado de la imponente imagen de bulto de “La Niña” hay manzanas apiladas de manera cuidadosa, botellas de tequila, y cigarros que poco a poco se van consumiendo.
Aún ante todo el ruido de carros y música a volumen fuerte  Miguel Ángel Sánchez González, explica a 360 el significado de las ofrendas de los devotos:

“Todos Dulces que nos traen los regalamos en los rosarios para que tengan felicidad en su casa,  es para endulzar el alma; las manzanas son para la abundancia; e l tequila se ocupa para poner en bálsamos y untarlo en el cuerpo. Tequila brandy, whiskey y coñac y eso se regala en cada rosario. Los cigarros que traen se ponen en un platito y se fuman solitos”.

Por esa calle céntrica de la Angelópolis, pasan cientos de personas, miran de reojo hacia dentro del altar, algunos lo desdeñan, a otros les causa curiosidad, y unos simplemente lo ignoran.

Los orígenes

Según Wikipedia, el culto a la muerte como lo conocemos surgió en la Catemaco, la cuna del ocultismo en Veracruz,  cuando en un árbol se apareció la silueta de la imagen de La Muerte, inmediatamente las personas que lo vieron acudieron con el cura de la comunidad para pedirle su reconocimiento, recibiendo inmediatamente una respuesta negativa y no solo eso sino que fue satanizada.  Posteriormente, el culto fue llevado de boca en boca en forma secreta, y fue en Hidalgo a mediados de los sesentas cuando apenas comenzaba a conocerse la adoración a la Santa Muerte, aunque este se daba de manera clandestina.

Sin embargo, el guardián del altar en Puebla, defiende el argumento de que el culto a la muerte es algo que estaba arraigado en las culturas prehispánicas como la de los Aztecas, Chichimecas y Mayas y que ya tiene más de 3 mil años. “Han venido antropólogos e historiadores a reconocerlo, y aseguran  que a los mexicanos nos tuvieron con la venda en los ojos, y les quitaron algo de una cultura que realmente  les pertenecía”.  Y agrega reprochando “mucha gente ignora los principios de lo que éramos.  El culto a la muerte ahorita es algo que está agarrando mucha fuerza, mucha fe, mucha potencia”.

Aún con el desprecio de la iglesia católica, los devotos de la santa Muerte en Puebla rechazan totalmente que estén en conflicto con ella. “En sí ella no está peleada con ninguna religión, al contrario es un medio para llegara más a Dios nuestro señor. Le decimos santa por respeto, pero en si no es santa y porque hace milagros. Santos solamente los que hace el papa o alguien que canonice como a Juan Dieguito.  Ellos si son santos por que vivieron y fueron mártires, pero a ella se le dice santa por respeto y por cariño”.

Lo arriba antes mencionado concuerda con la opinión de la iglesia católica quien repetidas ocasiones repite a sus feligreses no llamarle santa a lo que comúnmente se conoce como el final de la vida.

El altar de la Santa Muerte en el Centro Esotérico San Michell, cumplió un año el pasado 15 de abril, sin embargo su guardián, el Hermano Miguel, alerta sobre otros altares donde charlatanes relacionan el culto y el respeto a la muerte con la Santería, cuando ella según sus propias palabras menciona que “estamos en contra de que se confunda a la gente,  esto no es de lucro, es de el que  quiera solamente es llevar a cabo un rosario o traer flores o lo que sea”.

Y pide precaución a la gente para que tenga cuidado porque en otros lados se toma a la imagen como pretexto para hacer trabajos y dañar a terceros.

Los diferentes colores  de la santa muerte.

En un pequeño estante ubicado en la parte superior  de una de las paredes, se puede observar, diferentes esculturas de bulto pintadas de distintos colores. “En si la muerte es una sola, como la virgencita, ya sabe  que es la virgen María, pero luego le ponen a la virgen de los Dolores, Virgen del Rayo pero es una sola virgen. Dios nuestro señor es un solo Dios, pero luego el ponen el Sagrado corazón de Jesús, el señor de las maravillas es lo mismo. Acá se marca como La Muerte de La Madre Piadosa, La Flaquita, La Borrachita, La de Botella, La del Viento, La del Caballo, la de La Moto, la de Las Siete Potencias, la de Blanco, la de Rojo la Negra”.

Según la explicación del Hermano miguel, los distintos colores son utilizados según el milagro que se le solicite: la Negra significa elegancia luto a los enemigos y frena cualquier maldad o trabajo de brujería; La Dorada, la de Plata y la de Cobre son para combatir la pobreza en el hogar, la Roja es para que de energía, buena suerte en el amor en el trabajo; la Verde es para el crecimiento y desarrollo de la vida en la persona y finalmente el color azul es para los estudios el desarrollo y crecimiento intelectual de los niños, de los estudiantes.  “hay otros colores como el amarillo para el dinero, el blanco que significa pureza limpieza de la casa del cuerpo y el espíritu, rosa para el amor y así. Son los colorcitos que cada uno se mantienen dependiendo a lo que tú quieras por medio de tu gusto o lo que quieres que represente ella”.

Un encuentro cercano con “La Niña”

Entre los cientos de devotos que acuden al “Centro esotérico San Michelle”, para pedirle a la “Flaquita” que los ayude con sus problemas está el caso de Adriana quien pidió que su esposo regresara, dice que la “Santa Niña” es como su madre: “Le platico le digo que me ayude en todo, no le pido dinero simplemente que me ayude en todo lo que yo hago… que me de felicidad y cuando ya la tenga en el momento que me quiera llevar que me lleve”.

Inclusive ha tenido encuentros con ella: “La Santa Muerte que yo tengo se queja…me llamó por mi nombre, y me dijo que si lo quería ir a buscar que fuera, pero el va a regresar y lo vas a tener como un chicle pegado a ti”.

Otras personas, buscan desesperadamente, busca por primera vez ayuda a problemas que en la actualidad se han vuelto muy cotidianos, el alcoholismo: “Tenemos fe por eso venimos, le pedimos que nos haga un milagro de un muchacho que toma mucho”, comentó una anciana de 73 años originaria de Zacatelco Tlaxcala.

 

El conflicto con el catolicismo.

Siendo Puebla uno de los estados más católicos de la República Mexicana, esta costumbre, no ha impedido que el culto a “la Flaca” se fortalezca día con día. Factores como la ignorancia, la crisis económica, la desesperación y la falta de fe en la deidad  de las religiones más antiguas, como lo son la Budista, Católica y el Judaísmo han favorecido al crecimiento de este culto.

El catolicismo asegura que la muerte es solo un estado físico, algo intangible, un paso que todo creyente debe dar para llegar a la “vida eterna”. Por lo que el adjetivo de “Santa”, según los sacerdotes católicos no es válido. Por el contrario, resaltan que todo ser humano debe buscar una “muerte santa”, es decir, libre de pecados y siguiendo las leyes de la iglesia romana.

Ante este tipo de acusaciones, los devotos de la “Niña Blanca”, aseguran que como estado físico, la muerte, es un proceso en donde el alma busca la entrada al cielo, tiempo en que “La Flaquita”, neutraliza cualquier tipo de maleficio y los guía al buen camino en busca de la vida eterna, creencia que finalmente desemboca en la religión romana. Respecto a lo de Santa, es una forma de llamarla con respeto, no la manera de quererla imponerla.

Mientras que los adoradores aseguran que La Niña Blanca, no está peleada con ninguna religión; la iglesia católica en contraparte, pese a que pide que se respeten a los adoradores, califica este culto con un acto de ignorancia que ha crecido debido a la situación que vive el país, en donde los creyentes buscan soluciones rápidas a sus problemas.

Si bien, cierto o no, que este culto haya tenido raíces en el periodo prehispánico, las costumbres de la adoración a la Santa Muerte están cada vez más presentes en la vida de los poblanos. Independientemente de su validez ante la iglesia católica, no buscan imponerlo,  si no que los devotos  en representación del Hermano Miguel piden sea respetado, pues en el país que vivimos debe haber una libertad de culto, y esto se expresa en el artículo 24 de la constitución mexicana, solo buscan  un ser superior en quién creer y a quien encomendarse en los momentos en que no encuentran salida a sus problemas tanto espirituales como económicos.

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