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Casa Imperial Iturbide de México
Casa del Emperador Iturbide
"El 27 de septiembre en 1821 México fue declarado un estado independiente. Hubo entonces muchos mexicanos que al tiempo de la independencia y en forma de gratitud a Don Agustín el libertador de México le ofrecieron el trono vacante. Don Agustín de todas formas se negó a este ofrecimiento diciendo que él aún reconocía al Rey Fernando VII como monarca.
En la noche del 18 del mayo de 1822 una demostración masiva llevado por el regimiento de Celaya cuyo comandante era Don Agustín marchó por las calles y demandó a su comandante en jefe aceptar el trono."
Genealogía de la Casa Imperial de México – Casa de Don Agustín de Iturbide
I. Don José Joaquín de Iturbide y Arregui (1739-1825) recibió el bautismo en le templo de Peralta, el 6 e febrero de 1739, pasó a Madrid y de ahí a la Nueva España, donde residía su tío, el Dr. José de Arregui, Tesorero de la Catedral de Valladolid, de Michoacán. Don José Joaquín fue regidor perpetuo de Valladolid por algunos años, y luego Alcalde ordinario de primer voto. Como padre del emperador, el Congreso Mexicano constituyente, le concedió el título de Príncipe de la Unión, y tratamiento de Alteza vitalicio, el 22 de Junio de 1822.
Fue su esposa Doña María Josefa de Aramburu y Carrillo de Figueroa, hija legítima de Don Sebastián de Aramburu y Urisibar, natural de Oiartzun, y de Doña Micaela Nicolasa Carrillo de Figueroa y Villaseñor. Fueron sus hijos:
1. Don José Francisco de Iturbide y Aramburu (1775-?), quién murió en un accidente;
2. Doña María Nicolasa de Iturbide y Aramburu (?-1840), quién falleció soltera en la ciudad de México;
3. Doña María Ignacia de Iturbide y Aramburu (?), soltera;
4. Don José Agustín de Iturbide y Aramburu (1783-1824), que sigue;
5. Don José Mariano de Iturbide y Aramburu (?), quien falleció soltero y sin sucesión.
II. Don Agustín de Iturbide y Aramburu (1783-1824) El 22 de julio de 1822, bajo la aprobación del Congreso que votó a favor 67 contra 15 en contra, Agustín de Iturbide fue coronado Emperador de México. (al final hay una biografía completa). Casó con Doña Ana María Huarte y Muñiz (1786-1861) , hija legítima de Don Isidoro Huarte y Arrivillaga, y de Doña Ana Manuela Muñiz y Sánchez de Tagle. Fueron sus hijos:
1. Agustín Jerónimo Iturbide y Huarte (1807-1866), quien casó con Doña Nicolasa Fernández de Pierola, y tuvieron una hija:
1a. Doña Jesusa de Iturbide y Fernández de Pierola (1809-?)
2. Doña Sabina Iturbide y Huarte (1809-1871), sin sucesión;
3. Doña Juana María Iturbide y Huarte (1811-1828), quien murió en su juventud;
4. Doña Josefa Iturbide y Huarte (1814-1891), sin sucesión;
5. Don Ángel Iturbide y Huarte (1816-1872), casó con Doña Alicia Green, y tuvieron por hijo a:
5a. Don Agustín Iturbide Green (1863-1925), nieto de don Agustín de Iturbide, adoptado por el emperador Maximiliano en 1865 para ser su heredero, que casó con Doña Maria Louise Kearney, no tuvieron hijos.
6. María Jesús Iturbide y Huarte (1818-1849), quien murió joven sin sucesión;
7. María de los Dolores Iturbide y Huarte (1819-1820), quién murió en la infancia;
8. Don Salvador Iturbide y Huarte (1820-1856), que sigue;
III. Don Salvador Iturbide y Huarte (1820-1856)
Biografia de S.M. El Emperador
Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu (1783 – 1824)
Nació: Valladolid (hoy Morelia), México, 27 de Septiembre de 1783
Murió: Padilla, Tamaulipas, México, 19 de Julio de 1824
Hijo de Don José Joaquín de Iturbide y Arregui, oriundo de Peralta y descendiente de la Casa de Iturbide de Irisarri, y de Doña Josefa de Aramburu y Carrillo de Figueroa. Este pasó a la Nueva España en 1766, y para 1786 ya era dueño de una hacienda en Quirio y miembro del Consejo Municipal.
El más joven de cinco hermanos, Agustín fue educado en el Colegio de San Nicolás, ingresando a la armada y nombrado subteniente a la edad de 14 años, en 1797. En 1805 se casó con la noble Doña Ana María Josefa de Huarte y Muñiz. Además de ser bonita, Ana María de Huarte y Muñiz era hija del acaudalado prócer y poderoso noble Isidro de Huarte, intendente provincial del distrito y nieta del Marqués de Altamira.
La boda del gallardo alférez de veintidós años con aquella bella mujer de apenas diecinueve, se celebro en la catedral de Morelia el 27 de febrero de 1805. Ana María aportaba una sustanciosa dote de cien mil pesos, parte de la cual empleó el novio en comprar la hacienda de Apeo, en el pueblo de Maravatío.
En 1806 Don Agustín de Iturbide fue promovido ateniente y en 1810 a capitán. Entre 1810 y 1816 Don Agustín se distinguió por sofocar varias insurrecciones de rebeldes que luchaban por la independencia de México. Como resultado de estas acciones se hizo de numerosos enemigos.
En 1815 Don Agustín fue nombrado comandante supremo de los ejércitos del Norte. Entre 1816 y 1820 Don Agustín comienza a incrementar su simpatía por la causa de la independencia de México.
En 1821 Don Agustín fue promovido a comandante supremo de todas las fuerzas, habían acabado con todos menos con uno de los rebeldes. De cualquier forma las cosas estaban cambiando y las simpatías de Don Agustín de Iturbide por la causa de la independencia se incrementaron más aún. En ese mismo año mantuvo pláticas con el único comandante rebelde que quedaba en México, Vicente Guerrero. Después de esas conversaciones Don Agustín se convenció de que la independencia era la única forma en la que México progresaría y así acordó un plan llamado ? Plan de Iguala? que llama a la Independencia de México pero bajo el reinado de Fernando VII de España.
El Rey Fernando VII. rehusó el plan e inmediatamente mandó a Juan de O'Donoju como virrey (capital general) a México. El propósito de Don Juan era realizar un plan alternativo en el cual se mantuviera el estado actual.
Los argumentos de Don Juan a favor de mantener el estado actual no fueron aceptados y fue claro que los cambios se debían hacer. La demanda de independencia había obtenido mucha fuerza y no podía ser revertida.
El 27 de septiembre en 1821 México fue declarado un estado independiente. Hubo entonces muchos mexicanos que al tiempo de la independencia y en forma de gratitud a Don Agustín el libertador de México le ofrecieron el trono vacante. Don Agustín de todas formas se negó a este ofrecimiento diciendo que él aún reconocía al Rey Fernando VII. como monarca.
En la noche del 18 del mayo de 1822 una demostración masiva llevado por el regimiento de Celaya cuyo comandante era Don Agustín marchó por las calles y demandó a su comandante en jefe aceptar el trono.
En los anos siguientes los enemigos de Don Agustín pronunciaron que este evento había sido realizado por él mismo para obtener el trono. De cualquier forma este es un dato evidente de que los altos comandantes del ejército querían que Don Agustín aceptará el trono. Como lo hizo la mayoría de la población en la ciudad de México y el país en sí mismo.
Después de un largo debate el congreso proclamó a Don Agustín emperador de México "Por la divina providencia y por el congreso de la nación?. Muy pocos monarcas de entonces y de ahora pudieron demostrar la legitimidad de dichas credenciales. El emperador fue llamado al trono no sólo por elección popular sino también por el voto democrático del congreso.
Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, Don Agustín de Iturbide, al frente de su ejército, entró oficialmente en la ciudad de México. Un testigo lo vio pasar sobre su caballo prieto ricamente enjaezado, «arrogante, buen mozo, de porte aristocrático, mago de la sonrisa, ojos de águila, patillas andaluzas de color azafrán». Hubo tedeum solemne en la catedral, repique de campanas, y banquete de doscientos cubiertos en el antiguo palacio virreinal.
Había sonado la hora de los desengaños. La multiplicación de los panes y peces que la gente esperaba no se produjo y Estados Unidos, que no deseaba un Estado fuerte como vecino, intrigó en el Congreso mexicano. El emperador se había negado a negociar la entrega de los territorios limítrofes de Texas, California y Nuevo México, que los estadounidenses ambicionaban anexionar. En consecuencia, el gobierno de Washington encomendó a sus agentes el derrocamiento del Imperio.
Los republicanos, seguros de que no existía ya ni la menor posibilidad de que se pudiera instalar en México un monarca Borbón, estrecharon su contubernio con los borbónicos, los cuales pensaban que la anarquía creciente crearía el clima político adecuado para que los mexicanos reclamaran la vuelta al yugo español.
Forzado por las defecciones militares que siguieron, Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823 y se exilió a Italia.
A pesar de su renuncia y salida, la situación en México empeoró en lugar de mejorar, entonces el emperador vio que su sacrificio había sido en vano y llegaron rumores asegurando que Fernando VII, restablecido en España el régimen absolutista, proyectaba la reconquista de México. Reportes provenientes de México indicaban que el país estaba cayendo en la anarquía y que la población, la iglesia y el ejercito seguían detrás del emperador y vieron en él a la única persona capaz de traer paz y orden al México independiente. Sin dudarlo un instante, Iturbide decidió regresar y ofrecer su espada para defender a su país.
Un ano después de haberse ido, el 11 de mayo de 1824 navegó de Southampton a bordo del barco "Spring? rumbo a México. No llevaba hombres armados y sólo le acompañaba su familia. Al parecer imaginó, por alguna correspondencia aduladora que recibía, que su presencia en tierra mexicana iba a desatar una revuelta popular que le devolvería el poder.
El barco ancló en el pueblo de Soto la Marina. Espías en Inglaterra habían traído las noticias de la llegada de emperador a Santa Anna, por tanto el nuevo gobernador y comandante de las provincias interiores de este Felipe Garza estaba esperando por él para arrestarle.
El 15 de julio desembarcó en tierras mexicanas y, ante su sorpresa, fue hecho prisionero. Ignoraba que el Congreso había expedido un decreto hecho público el 7 de mayo por el cual se le consideraba fuera de la ley y ordenaba que en caso de presentarse en México se le ajusticiase sin contemplaciones.
Cuatro días más tarde lo fusilaron en la localidad de Padilla. Caminó, digno, hasta el lugar de la ejecución. Al sacerdote que lo confortaba le entregó, para que lo hiciese llegar a manos de su esposa, su rosario, su reloj y una carta para su esposa.
Le quedaban en los bolsillos tres onzas de oro y quiso que las repartieran entre los soldados que iban a dispararle. De pie, cara a la muerte, habló a la multitud atónita y conmovida que contemplaba la escena. Su voz sonó, según un testigo, como en las mejores arengas de sus días de triunfo: «Mexicanos, muero con honor por haber venido a ayudaros y gustoso porque muero entre vosotros». Después rezó el Credo y sonó la descarga. Su cuerpo quedó en el suelo, bañado en sangre, durante largo rato. Luego lo enterraron en un hoyo frente a la iglesia del pueblo.
En 1838, rehabilitada su memoria, los restos del libertador fueron trasladados con gran pompa a la catedral de México, donde reposan en una urna cubierta por la bandera que él creó. El epitafio reza:
AGUSTÍN DE ITURBIDE
AUTOR DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA COMPATRIOTA, LLÓRALO;
PASAJERO, ADMÍRALO.
ESTE MONUMENTO GUARDA LAS CENIZAS DE UN HÉROE. SU ALMA DESCANSA EN EL SENO DE DIOS
La tumba se alza a unos cuantos pasos del lugar donde Agustín I fue coronado primer emperador constitucional de México