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La estatua de Maximiliano en Miramar
Aurelio de los Reyes Estatua de Maximiliano. El 3 de abril de 1875 el emperador Francisco José, para conmemorar el veinte aniversario de su exaltación al trono, develó la estatua de su hermano Maximiliano, promovida por los triestinos en testimonio de admiración, afecto y agradecimiento al archiduque que eligió a Trieste como su segunda patria, y de quien se guardaba memoria de su magnanimidad, lo mismo que la de Carlota, su esposa, al estar prontos a desembolsar unos florines para socorrer a los necesitados, fuesen personas o instituciones. Maximiliano externó con frecuencia, en público y en privado, su amor por esa ciudad. Al partir el Novara rumbo a México el 14 de abril de 1864, expresó al gobernador de la ciudad, al acudir éste a despedirlo junto con una gran cantidad de triestinos, sus sentimientos hacia la ciudad, reiterados en una carta de su puño y letra al vicealmirante de la marina austriaca Dahlerup: “Vine joven entre ustedes, me es duro dejarlos, pero mi pensamiento desde el otro lado del Atlántico regresará con frecuencia al Adriático, a mi Trieste.” Dio muestras de su generosidad al donar diez mil florines para la pensión de seis suboficiales inválidos de la marina; y cincuenta mil francos al municipio de Trieste para instituciones de caridad, además de dejar instrucciones a su jardinero de abrir a los triestinos su parque de Miramar, todavía inconcluso.
El 19 de junio de 1867 lo fusilaron en el cerro de las Campanas de Querétaro. El 1 de julio llegó el rumor a Trieste. Al día siguiente un periódico informó “con el corazón afligido y el dolor más profundo” sobre la última noticia del máximo suceso del día, todavía sin confirmar: “el trágico fin de Maximiliano, emperador de México […]. Mientras no se pierda todo hilo de esperanza sobre la suerte del augusto príncipe, pues es de desear que todavía se conserve con vida, no podemos menos que expresar la profunda y dolorosísima impresión, que en todos los órdenes de nuestra población hará la inesperada noticia.”
En el alto relieve, la bandera austriaca se encuentra al frente; a su derecha la marina de guerra, a la izquierda el comercio representado por un camello y, en la parte posterior, la ciudad de Trieste con Miramar acompañados de la Generosidad y de la Caridad. En los medallones, bases del relieve principal, se hallan emblemas de la ciencia, de la poesía de las artes y de la industria. En cada una de las caras, diversos epígrafes dictados por el doctor Giovanni de Baseggio, miembro del comité que promovió el monumento, delimitados en la parte superior por guirnaldas formadas no con hojas de acanto y laurel, sino con frutas, verduras y legumbres, tal vez los frutos de la tierra preferidos por Maximiliano: bellotas, piñones, fresas, chirimoyas, manzana, papaya, trigo, uvas, nueces, calabazas, piñas, castañas, peras, plátanos, maíz, entre otros. Destacan el maíz y la piña; del primero, los sembradíos de los alrededores de la Ciudad de México le recordaban las regiones de Giulia, Friuli y Venecia donde todavía lo cultivan intensamente; y la piña, le recordaba tal vez el Brasil, porque la incorporó a la decoración de su villa de Miramar después de su viaje a España, Madeira y Portugal. En este último conoció a la princesa Amelia, hija de Pedro II, emperador de Brasil, de quien se enamoró, pero la muerte de ella truncó su proyecto de matrimonio. Incorporó a la piña como una figura emblemática en la decoración interior, en la tapicería, en las puertas; los portalámparas de la estancia de acceso tienen esa figura. Para mí el maíz no simboliza a México en el monumento puesto que entre los triestinos había un sentimiento generalizado en contra de nuestro país por el desenlace de la aventura. Un pequeño friso alterna las figuras de la mazorca de maíz con una flor de alcatraz. Posiblemente Schilling investigó los gustos del archiduque y, de acuerdo a la información recibida, llevó a cabo la representación de los vegetales. Es importante decir que en 1862, mucho antes de aceptar el trono, envió una expedición a México para investigar su cocina. Sin duda, de los doce proyectos, éste captaba más ampliamente la personalidad de Maximiliano, de ahí que resultara el triunfador. Inserción en Imágenes: 29.03.06.
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