Risa Terapia en la casa Hogar

Siempre imagino  pasar una tarde de risa tras risa con un buen numero
de niñas, el dia llego el martes dos de mayo del año dos mil seis,
la aventura comenzo a las dieciseis horas en el Centro de la
Alegri­a; ese dÃia comenzamos a llegar varios sujetos que deambulamos por esta
enorme Ciudad, llegamos dispuestos a transformarnos en Medicos de la
Risa, nuestro unico objetivo: devastar de alegri­a a la Casa Hogar
Amparo, para lo cual comenzamos diferentes bailes y piquetes de ombligo
entre nosotros para dejar a un lado los pensamientos enrollados de la
mañana

Todo comenzo con el repentino llamado de ya vamonos! y cual fue mi
sorpresa que al arranque de la ambulancha y de otros autos de los
compañeros comenzaron a sonar los claxons, como si los autos se atacaran de
risa o les diera hipo, pero eso sucedia en cada semaforo en el que nos
tocaba el rojo y de repente salian de dicho medios miles, sujetos
desconocidos para los habitantes de este D.F. especimenes con nariz roja
y bata blanca que causaban mucha risa, pero ¿que creen? yo
tambien formaba parte de ellos, compartiendo lo que le llaman el paso de la
muerte, que por la situación, mas bien era el paso de la risa.

Pero bueno, llegamos a nuestro destino: LA CASA HOGAR AMPARO, donde
nos esperaba un buen grupo de chicuelas que teni­an muchas ganas de
divertirse, y ¡vaya de dinamita tienen!, jugamos, bailamos, platicamos,
nos maquillamos, nos disfrazamos, en fin hicimos un chorro de travesuras
y lo mas importante, compartimos nuestros corazones, desborde de
sentimientos, cuando de pronto, entre la bailada explotaba una lluvia de
papelitos de colores, los rostros de todos nosotros se convirtieron en
enormes reflectores de alegri­a, asi­ como algo se nos estaba saliendo,
claro, aparte de que se nos salía el ombligo de tanto rei­r.

Y pos casi llegaba el final de esta aventura tan padre para todos
nosotros, para las pequeñitas conocer a unos sujetos requetechiflados
llamados medicos de la risa y para nosotros andar saltando entre tantas
niñas sanas, que estiran sus brazos hasta mas no poder como si fueran de
chicle , pellizcan con ganas, gritan como si se hubieran comido una
guacamaya en pleno concierto en el zocalo, y eso ya coquetonas como
artistas de cine, incluso llegaron a invitarnos a cenar, pero como ya
teni­amos que partir, nos pusieron itacate, pero a ellas no se les olvida
recordar el motivo de la visita, asi­ que una nena valiente, tomala
palabra y a nombre de todas nos dijo:

Gracias medicos de la risa por habernos hecho reir tanto y
compartir esta tarde con tanta alegría, todas nos quedamos muy contentas
esperando nos vuelvan a visitar, esta experiencia nunca se nos olvidara,
¡muchas gracias!.

Les juro que por poco se me salen las de cocodrilo, pero ellas me
recordaron que estabamos felices, y bueno ya como remache nos despidio la
Madre Superiora y Directora de la Institución, y cual fue mi sorpresa
cuando en su cara se dibuja una sonrisota, muchas felicitaciones y
estrechando con cada uno de nosotros frente a frente los cinco dedos de su
mano derecha.

Quizas me haya quedado un poquito corto en todo este derrame de
alegri­a, lo que sin duda sera una experiencia inolvidable en mi vida y creo
que tambien en la de todos los que participamos en este
megareventón.

Muchas veces basta una palabra, una mirada, para llenar el corazón
de un niño."

 Beata Madre Teresa de Calcuta.

¡HASTA PRONTO!.

LES MANDO UN BESO DE RANA BIEN REQUETEBABOSO Y UN ABRAZO DE SAPO
ACOLCHONADITO.