
Una imagen congelada en el tiempo. El retratado permanecerá siempre de la misma edad, con la misma apariencia, reflejando hábitos, costumbres y modas.
El viernes 28 de noviembre el Museo del Estanquillo/ Colecciones Carlos Monsiváis abre al público la exposición temporal Te pareces tanto a mí, en la que se aborda como tema central la evolución del retrato como género artístico en los siglos XIX y XX.
El título de la exposición Te pareces tanto a mí, se tomó del primer verso de la canción Inocente pobre amiga, del cantautor Juan Gabriel, como referencia al lugar que el retrato ocupa dentro del reconocimiento propio –a manera de espejo– y de la visión que provoca en la sociedad.
El retrato además de evocar, registra y obliga a reconocer el rostro propio en el del retratado. Los rostros históricos, los personajes de la Patria, los retratos oficiales, los retratos de la Revolución invitan a realizar un recuento de nuestra historia.
Es en la fotografía, y especialmente en el retrato, donde personalidades políticas como Maximiliano, Porfirio Díaz y Agustín de Iturbide encuentran la forma idónea para mostrarse como ellos deseaban ser vistos por la sociedad.
Y como ya es costumbre, el público podrá encontrar algunas sorpresas en Te pareces tanto a mí. Piezas llenas de originalidad y datos poco conocidos de personajes de la historia. Ejemplo de una de ellas es un nomeolvides; el retrato de una mujer que con paciencia y esmero tejió su cabello en el marco de su propia fotografía como evocación íntima del recuerdo hacia su prometido. |
Los fotobotones, así como las fotoesculturas, también son constancia del ingenio y de la pluralización de formas que con el tiempo tomó el retrato.
Los fotobotones -que a manera de prendedor colgaban de la solapa de las camisas o los sacos- servían para que la gente sintiera cerca de su cuerpo a sus seres queridos.

Rostros Patrios. Rostros pétreos.
El retrato es la forma más mentirosa y más sincera con que la sociedad quiere perpetuar la valentía y abnegación de sus más notables individuos.
El recorrido comienza con los rostros que a lo largo del tiempo le han dotado de identidad a México. Liberales, conservadores, héroes de la Patria. Todos ellos inmortalizados en el retrato, la gran mayoría dibujados a semejanza, otros construidos a partir del imaginario colectivo con la intención de dejar testimonio de sus héroes.

Por otra parte la imagen de Benito Juárez es adusta. Con el cabello perfectamente engominado, sin una sonrisa; la mirada dura. Rostros Patrios. Rostros pétreos. Todas las imágenes son similares en cada una de las representaciones oficiales del Benemérito de las Américas.
Ante el grupo escultórico de Juárez -plural y único- se exhiben algunas piezas realizadas por Francisco Toledo. Piezas con una chispa de ironía y diversión en las que el pintor elige una forma en donde la admiración requiere de la sonrisa para mostrar a un Juárez diferente y renovado.
Rostros de famosos y rostros del pueblo. La vida de un país reflejada en caras. Historias del México de ayer y de hoy, eso es Te pareces tanto a mí.
Museo del Estanquillo
Dirección
Isabel la Católica 26, (esquina con Av. Madero) Centro Histórico de la Ciudad de México. México D.F. C.P. 06000 Horarios
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