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Retrato de la familia Fagoaga-Arozqueta
Anónimo.
Retrato de la familia Fagoaga-Arozqueta en el oratorio particular de su casa de la Ciudad de México.
Ciudad de México.
Después de 1734 y antes de noviembre de 1736. (Debido a que el último hijo de este matrimonio, Juan Bautista Teodoro Fagoaga y Arozqueta, ya aparece retratado en el cuadro ?se sabe que nació el 9 de noviembre de 1730?, la fecha en que se realizó el óleo es posterior al nacimiento de este hijo. Tal vez el retratado tenga unos cuatro o cinco años de edad en la pintura. Recuérdese que el retrato infantil virreinal gustaba siempre de agrandar a los niños, convirtiéndose sus figuras en ?adultos pequeños?. El padre, don Francisco de Fagoaga, luce en la casaca el distintivo que lo acredita como Caballero de la Orden Militar de Santiago; Francisco de Fagoaga ingresó a esta corporación en 1734. La fecha extrema de factura del óleo es la de su muerte, ocurrida el 25 de noviembre de 1736).
Óleo sobre tela.
2480 x 3330 cm.
Colección particular, México, Distrito Federal.
Referencias publicadas
Manuel Cortina Portilla, Algo sobre la plata en México en el siglo XVIII, México, Grupo CONSA, 1986, pp. 31-48. Incluye, además, fotografía y croquis del cuadro sin paginar, entre pp. 24 y 25. Elena Isabel Estrada de Gerlero, et. al., El retrato civil en Nueva España, México, Museo de San Carlos, CONACULTA, INBA, 1992, pp. 3-4. Alfonso Alfaro, et al., ?El retrato novohispano? en Artes de México, núm. 25, julio-agosto de 1994, p. 3 y detalles en la portada. Salvador Méndez Reyes, Las elites criollas de México y Chile ante la Independencia, México, Centro de Estudios sobre la Independencia de México, 2004, en portada. Javier Sanchiz Ruiz, ?La familia Fagoaga. Apuntes genealógicos?, en Estudios de Historia Novohispana, núm. 23, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2000, pp.129-167.
Exhibiciones
Museo de San Carlos, El retrato civil en la Nueva España, Ciudad de México, Museo de San Carlos, octubre 1991-enero 1992.
Esta inusitada y sorprendente imagen de grupo ofrece un registro pormenorizado de la descendencia directa del matrimonio formado por don Francisco de Fagoaga Yragorri y doña María Josefa Arozqueta de la Heras Alcocer. Ambos personajes ocupan sitios de ?preeminencia genealógica?, a izquierda y derecha del centro del cuadro. La madre aparece acompañada por sus hijas, en tanto que el padre encabeza al grupo de la descendencia masculina; el pintor dividió en dos grupos a todos los retratados. Francisco de Fagoaga fue originario del Valle de Oyarzum, en Guipúzcua, España, donde nació en 1679. Su mujer ?criolla, de origen vasco? nació en la Ciudad de México en 1701. Una investigación reciente informa que fueron diez los hijos de este matrimonio y no nueve como se había venido afirmando. Todo parece indicar que los personajes que fueron retratados en esta pintura son los padres con sus diez hijos. Para explicar la presencia de un quinto varón, cuando aún no se conocía la totalidad de los vástagos se recurrió a interpretar a la figura de uno de ellos ?el de mayor edad- como la de don Juan Manuel de Aldaco y Urbieta, yerno de don Francisco y doña Josefa, personaje de origen vasco que casó en 1737-1738 con Juana María Leandra de Fagoaga y Arozqueta. Es, pues, lógico suponer que los retratados en esta imagen familiar sean la totalidad de los descendientes directos ?tal y como era la costumbre en la época?, por lo que la presencia del supuesto yerno resulta forzada; todo parece indicar que se trata de José Joaquín Felipe, el hijo mayor. Los nombres de los diez hijos, en orden descendente, son los siguientes: 1. Agustina María Teresa. 2. Juana María Leandra. 3. José Joaquín Felipe. 4. Ana Viviana Javiera. 5. Ignacia Gertrudis María. 6. Francisco Manuel Cayetano. 7. Antonio Julián. 8. Andrés Carlos. 9. María Isabel y, por último, 10. Juan Bautista Teodoro, todos de apellido Fagoaga y Arozqueta. Cabe hacer notar que tres de las hijas de este matrimonio fueron religiosas del convento de Jesús María de la Ciudad de México. El anónimo pintor situó a los miembros de esta poderosa familia frente del altar del oratorio de su casa de la Ciudad de México. Las paredes de este espacio religioso, de eminente carácter particular, aparecen recubiertas con ricas tiras de damascos de seda, hay también cortinajes y, en la parte extrema izquierda, se observa un vano que permite el ingreso al oratorio familiar, desde uno de los corredores de la parte alta de la casa. El frontal del altar del oratorio fue recubierto de fino damasco que hace juego con la decoración de las paredes. Al centro, en el espacio más importante, aparece un óleo, con rico marco de plata labrada, de la Virgen de Aránzazu, devoción que fue impulsada por los vascos avecindados en México y que sirvió al grupo como elemento de cohesión política. La riqueza de esta familia provino del comercio con la plata y la extracción de minerales.
Del Valle de Oyarzun procedió la familia Fagoaga que se estableció en México y sobre la que trataremos a continuación. Sus antecedentes documentales se remontan al siglo XVI en la persona de Martín Fagoaga, uno de los más importantes ferrerones del Valle, casado con Ana Zuloaga y ambos padres de Juan Pérez de Fagoaga, quien fuese señor de la casa de su apellido y ocupara cargos relevantes en la localidad tales como jurado mayor en 1593, alcalde ordinario en 1597 y 1605 y regidor en 1613.
Las investigaciones nos revelan a los Fagoaga como una familia que ocupó un lugar distinguido entre los caseríos dedicados a la ferrería en el período 1550-1640, más sin embargo la crisis del hierro de la segunda mitad del siglo XVII representó para el grupo un drástico descenso en la escala social local, debido a su actividad principal en las ferrerías. Los Fagoaga dice Pescador "dejarían el grupo patricio local pava convertirse en discretos campesinos ocupados de la casa y sus pertenencias".
Desconozco cuales fueron los mecanismos de atracción en el siglo XVIII de los Fagoaga a la Nueva España y los posibles vínculos de paisanaje que debieron ser determinantes en la decisión de emigrar. El hecho en sí sólo nos revela que Francisco de Fagoaga Yragorri pasó a América en 1697 como teniente de navío, acompañado de sus primos Lorenzo y Pedro.
Los Fagoaga en Nueva España, a diferencia de la situación en el lugar de origen, constituyeron sin lugar a dudas y durante el siglo XVIII un poderoso clan, desde luego vinculado a otras familias de origen vasco como los Aldaco y los Meave, y crearon un gran imperio económico que abarcaba una casa comercial, una cadena de haciendas (Villachuato, Sambrano, Temeplantla entre otras), un banco de plata, quizá el más importante de la colonia hasta la década de 1780, y el control de importantes zonas mineras como Sombrerete y Vetagvande en Zacatecas.
Según Brading si alguna familia podía pretender ser la primera familia minera de México, esta era sin duda la de los Fagoaga. Sus tentáculos de poder abarcaban tanto el Ayuntamiento de la ciudad de México, como los Reales Tribunales del Consulado y el de Minería.
Doris Ladd resalta que en los años de 1800, en vísperas de la Independencia, los Fagoaga se preocuparon como parte de su actividad dentro del Consulado por diversificar los fondos de dicha institución a la par que realizaron en lo personal negocios de menor éxito. Sus intereses rebasaban el ámbito geográfico de la Nueva España pues asimismo fueron activos en la metrópoli y sus inversiones se diversificaron tanto en la minería como en los fondos públicos. A pesar de que la historia de su riqueza no puede trazarse todavía con mucha precisión, es muy claro que sobrevivieron tanto a la reforma borbónica, como a la guerra de Independencia, pues tuvieron una posición más que desahogada en 1770 y en 1850.
Después de la Independencia, los Fagoaga, junto con sus primos los Villaurrutia, fueron los jefes del partido aristocrático borbónico. Frances Calderón de la Barca, esposa del ministro español en México durante la década de 1840, conoció bien a esta familia y visitó sus posesiones. Obviamente estaba pensando en ellos cuando escribió: "Hay en México unas cuantas familias de la vieja escuela, gente de alto rango pero que se mezclan muy poco con la sociedad … Estando casi todos emparentados por nacimiento o por matrimonio, forman una especie de clan".
Mi interés en la familia Fagoaga parte de su calidad de nobles titulados ocupando un lugar destacado en la sociedad novohispana al haber ostentado sus miembros el título de marqués del Apartado y haber enlazado con familias que poseyeron otros títulos nobiliarios tales como los condes de Alcaraz, los condes de la Torre de Cossío y los de Casa Heras Soto. En la recopilación de información realizada por José Ignacio Conde y Díaz-Rubín, para nuestra obra muchos datos se fueron almacenando sin ser utilizados directamente en nuestro capitulado. Ese es el origen de la información aquí reportada que pretende servir de herramienta auxiliar a los investigadores del grupo familiar. Cabe mencionar que como cualquier recopilación genealógica es difícil considerarla definitiva, mucho menos ésta que requiere todavía precisiones respecto a algunas fechas extremas y profundizar en los datos biográficos de los miembros de la familia en los siglos XIX y XX.
La relación aquí presentada parte de la figura de Francisco de Fagoaga Yragorri, quien con su actividad mercantil y el cargo de apartador de la plata consiguió encumbrarse socialmente en la Nueva España, y ser en cierto sentido quien dio origen a la presencia del apellido en México. La recopilación abarca seis generaciones de descendencia ampliando y completando la información genealógica que aportó a principios de siglo Ricardo Ortega y Pérez Gallardo.
Blasón y armas de los Fagoaga
Armoriales y blasonarios describen las armas de los Fagoaga así: en campo de gules cinco palos de oro acompañados de tres flores de lis de plata. No obstante lo anterior Francisco de Fagoaga Yragorri, en un cuadro al óleo blasonado que se conserva en el Museo Nacional de Historia, Cahpultepec México, colocó en el primer cuartel de un escudo cuartelado las siguientes armas correspondientes al apellido Fagoaga: en oro una banda de gules, acompañada de dos cruces de azur, con ocho flores de lis de plata. (14) Estas mismas armas fueron utilizadas por sus hijos Juan Bautista y Francisco según se desprende de los grabados de 1775 al adornar sendas tesis de la Real y Pontificia Universidad de México, en la que fueron mecenas.
Genealogía de los Fagoaga en la Nueva España
Francisco de Fagoaga Yragorri. Nació en el Valle de Oyarzun, Guipúzcoa el 11 de junio de 1679. Fue hijo de Juan de Fagoaga y de Magdalena de Yrragorri. Pasó a Nueva España como alférez de navío en 1697 con 18 años, estableciéndose en la ciudad de México en donde se ejercitó como comerciante y posteriormente como minero y banquero de platas, refaccionando a los mineros en gran escala con fondos y efectos. En 1717 su fama había llegado a su lugar de origen y fue nombrado allí alcalde mayor honorario. Fue en 1717 cuando Francisco de Fagoaga puso los cimientos de la prosperidad de sus descendientes al rentar la oficina del apartado al administrador nominal (1718-1736). (16) Dicha institución –dependencia real que se rentaba a particulares–, tenía la función de separar el oro de la plata en barras que se recibían en la capital del virreinato, por lo que, bien manejada, podía proporcionar ganancias atractivas al dueño. Además, como era más práctico cambiar la plata en bruto por dinero en efectivo a la presentación, la oficina era una base ideal para un banco de plata. Por ello no es de sorprender que ya hacia 1730 se decía de Fagoaga que junto con Valdivielso eran los dos banqueros de plata más importantes. Ya para entonces había comprado los derechos de alquiler el anterior concesionario en la cantidad de 60 000 pesos. La Corona cobró 36 000 por autorizar la transacción. Como apartador de la plata estableció un fondo revolvente de cerca de 400 000 pesos, con los cuales compraba metales de los beneficios y adelantaba crédito a las minas más importantes de México. El matrimonio completó el círculo de las empresas de Fagoaga cuando su esposa Josefa heredó la casa mercantil establecida por su padre, el comerciante vasco Juan Bautista de Arozqueta, en el siglo anterior, la cual tenía un valor de 118 464 pesos. Según la tradición de los inmigrantes, mandó traer a un sobrino, Manuel de Aldaco, de origen vasco para que manejara su negocio, propiciando el casamiento con una de sus hijas. (17) Miembro del Real Tribunal del Consulado (Cónsul 1724-1725, Prior 1733-1735), fuertemente vinculado al grupo de comerciantes vascos, lo que propició protegiese y secundase las iniciativas de asistencia social de la Mesa de Aránzazu. (18) Caballero de la Orden Militar de Santiago (1734), (19) cruzado en la Iglesia de Jesús María de México el 8 de abril de 1736. Escribió la obra Tablas de las cuentas del valor líquido de la plata del diezmo, dedicada al virrey marqués de Casafuerte. (20) Se conserva del grupo familiar un retrato ante los pies de la Virgen de Aránzazu. (21) Otorgó testamento en México el 30 de julio de 1734 ante Juan Díaz de Rivera. Falleció en México el 25 de noviembre de 1736 (Entierro: Convento Principal de Religiosos Carmelitas Descalzos de San Sebastián 26). Casó en México (Sagrario) el 29 de junio de 1716 con María Josefa Arozqueta de las Heras Alcocer. Nació en México el 7 de junio de 1701. Criolla de origen vasco, y matriarca de la poderosa familia, aportó al matrimonio un capital de 209 000 pesos de dote que representaban los intereses en el negocio de importación y exportación de su padre en la ciudad de México, lo mismo que minas, haciendas de beneficio y agrícolas, alrededor de Zacatecas. En nombre de su hijo el marqués del Apartado fundó tres plazas en el Colegio de San Ignacio. (22) Falleció en México el 24 de octubre de 1772.