El 7 de junio de 1840, a la una de la madrugada, en el castillo de Leaken, situado a aproximadas dos millas de distancia de la ciudad de Bruselas, la reina Luisa María , segunda esposa de Leopoldo I, rey de los Belgas, después de un embarazo agotador y un parto largo y difícil, dio a luz a su cuarto vástago. Su primer bebé había muerto casi recién nacido y tenía dos varones más, Leopoldo y Felipe. Esta vez nació una niña a la que pusieron por nombre María Carlota Amalia Victoria Clementina Leopoldina, aunque dentro del seno familiar era llamada simplemente Carlota. La abuela de la niña, la reina María Amalia de Francia, viajó a Bélgica, desde Francia, acompañada de la condesa de Hulst, amiga de la infancia de Luisa, para atender al nacimiento de su nueva nieta.
Carlota vivió hasta 1927. Falleció a la edad de 87 años.
En el Château de Bouchout de Meise, en su Bélgica natal. Ahí moriría el 19 de enero de 1927, víctima de pulmonía, Sus restos reposan en la cripta de la Iglesia de Laeken, lejos de los restos mortales de su marido, quien descansa en la Cripta Imperial de la Iglesia de los Capuchinos en Viena.
En su lecho de muerte murmuró;
"Recordadle al universo al hermoso extranjero de cabellos rubios. Dios quiera que se nos recuerde con tristeza, pero sin odio"
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