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Peritos del INAH señalan que la institución actuó con demora ante las denuncias sobre la destrucción de inmuebles históricos
Y en polvo los convirtieron. En poco más de un mes, 14 inmuebles del Centro Histórico del Distrito Federal pasaron de ser deteriorados monumentos en espera de restauración a predios plagados de sombrillas multicolores, mercancía de origen chino y vendedores ex ambulantes.
Así lo muestran fotografías tomadas por peritos de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH), que denunciaron los derribos cuando apenas habían sido destruidos tres inmuebles.
Uno de los edificios derribados, el que estuvo ubicado en el número 95 de la calle de Argentina, era susceptible de ser restaurado e incluso utilizado como vivienda. En ningún momento el INAH recomendó su destrucción total.
Así se estipula en un par de licencias otorgadas en 2004 y 2006 por el instituto, a través de la CNMH, al Gobierno del Distrito Federal.
Los documentos, revisados por el arquitecto y perito de la CNMH, Alfonso Zamudio, prueban que el 7 de diciembre de 2004 el INAH otorgó la autorización número 525/04 al Instituto de Vivienda del Distrito Federal para la restauración del inmueble y la adecuación en el mismo de 13 viviendas y tres locales comerciales.
En el archivo de la CNMH están los planos sellados de esta autorización, así como de una posterior, la número 069/06, otorgada el 17 de febrero de 2006 a la arquitecta Norma Laguna, especialista en restauración y encargada de los trabajos de conservación de la iglesia de Santa Prisca, en la ciudad de Taxco, Guerrero. Esta autorización modificaba el proyecto autorizado en 2004, pues se incrementaba el número de viviendas.
A decir de Zamudio, estas autorizaciones son un argumento en contra de quienes piensan que en los predios no había sino sólo muros mal conservados, que eran un peligro para el peatón. Incluso para quienes ?sin señalar nombres? han sugerido que el decreto debe dejar de amparar a edificios históricos con tales características.
La respuesta inmediata
A pesar de que desde diciembre ?poco más de un mes después de que iniciaron los derribos? existen denuncias por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia contra quien resulte responsable, la institución alega que no hubo demora.
El coordinador de Difusión del INAH, Benito Taibo, confirmó ayer que las denuncias ?contra quien resulte responsable? no fueron tardías, toda vez que éstas deben realizarse ?sobre hechos consumados.? Es decir, cuando ya no hay nada que proteger.
Benito Taibo señaló que a principios de diciembre de 2007, el INAH interpuso dos denuncias integradas. La primera es sobre la destrucción total o parcial de los edificios ubicados en República de Argentina 95, Meave 9, 9-A, 11, 11-A, 13 y 13-A. La segunda corresponde a Mesones 18, República de Argentina 75, El Salvador 184, Plaza Santísima 5, Plaza del Estudiante 20, Mesones 27 y Regina 97.
Todos los inmuebles estaban ubicados en el Centro Histórico de la ciudad de México, declarado zona de Monumentos Históricos en 1980 y Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987.
Si bien el INAH tiene la facultad para suspender obras en monumentos históricos, no la ejerció en su momento.
En octubre, los arquitectos Alfonso Zamudio, Fernando Barrero, Ildefonso Galicia y Agustín Fouqué, peritos de la CNMH, informaron de la destrucción de tres inmuebles tanto al coordinador, Agustín Salgado, como al director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos, pero no hubo respuesta.
Para el arquitecto Luis Adolfo Gálvez González, adscrito a la subdirección de Catálogo y Zonas de la CNMH, el instituto ha procedido mal y con lentitud ya que esta situación de impunidad pone en peligro todo el patrimonio histórico, específicamente otros predios históricos que han sido expropiados con el mismo fin.
Taibo ataja que desde septiembre el INAH mantiene una mesa permanente con el Gobierno del Distrito Federal para revisar casos que atañen tanto al Centro Histórico como a todo el DF.
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