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Ciudad capital del estado y cabecera del municipio del mismo nombre.
Esta situada en el valle de Puebla, a los 19°02’30’ de latitud norte y 98°11’48’ de longitud oeste del meridiano de Greenwich; a una altura de 2 162 metros sobre el nivel del mar. Su clima es templado, con veranos frescos, semihúmedos con lluvias durante el verano y principios del otoño.
El lugar que hoy ocupa la ciudad se le conocía como Cuetlaxcoapan, que significa, según algunos, lugar donde dejan su piel las culebras, según otros, lugar de las culebras con pellejos, y otros mas, lugar de las pieles de culebras.
La fundación de la ciudad se debe al Oidor Juan de Salmerón, al obispo fray Julián Garcés y fray Toribio Paredes de
Benavente, llamado por los indios "Motolinía". Con previa autorización de la Reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V de España, el 16 de abril de 1531 se procedió a trazarla nueva localidad que recibió el nombre de "La Puebla de los Ángeles".
El sitio elegido estaba ubicado en la ladera sur de una colina que fue designada como cerro de San Cristóbal hoy cerro de Loreto y Guadalupe-, y en la margen oriente del arroyo de San Francisco. Debido a las abundantes lluvias que destruyeron las casas recién fabricadas, la población se trasladó a la margen poniente del río San Francisco, donde se trazó nuevamente la ciudad el 29 de septiembre de 1531; algunos historiadores afirman que sólo se trató de la primera ampliación del pueblo.
Por cédula del 20 de marzo de 1532, la Reina Isabel de Portugal le da el título de Ciudad de los Ángeles.
Gracias a las gestiones del capitán Gonzalo Díaz de Vargas, se expidió la Cédula Real del 20 de julio de 1538, por la cual se dió a la ciudad escudo de armas. Después recibió el título de Noble y Leal Ciudad de los Ángeles que se le confirió en Valladolid en 1558; el de Muy Leal y Muy Noble Ciudad de los Ángeles, también por Cédula Real fechada en Madrid, el 6 de febrero de 1576.
Después de la muerte de don Ignacio Zaragoza, acaecida el 8 de septiembre de 1862, se le lIamó "Puebla de Zaragoza" y la denominación legal y justa que ahora ostenta: "Heroica Puebla de Zaragoza", data del 4 de agosto de 1950.
Puebla es una ciudad antigua con mas de 450 años de existencia; actualmente la ciudad no se limita al centro histórico, sino que se ha extendido hacia todos los puntos cardinales, creándose así nuevas colonias, parques, amplias avenidas y grandes centros comerciales que, conjuntamente con su crecimiento industrial, la han convertido en una de las ciudades mas grandes e importantes del país.
La ciudad de Puebla está dotada de múltiples atractivos turísticos, principalmente culturales. Ofrece a los amantes del arte y la arquitectura colonial admirar un sin fin de edificios civiles y religiosos, donde se empleó la cantera, el ladrillo, el azulejo de talavera y argamasa.
A través de estos materiales, los artífices poblanos dejaron plasmadas su imaginación y maestría, logrando crear con ello su propio estilo arquitectónico. Puebla, orgullosa de su cultura, aloja numerosos museos, donde exhibe parte de la riqueza del estado. Los hay de artesanías, de pintura, de arqueología, de historia natural y otros mas que recuerdan hazañas heroicas.
En el aspecto artesanal, Puebla es famosa por sus trabajos de cerámica, pero los mas importantes y representativos son los de talavera, mismos que se vienen elaborando desde el siglo XVI. Son los mas finos del país y presentan influencia asiática, española e indígena.
En cuanto a su gastronomía son innumerables los guisos de la afamada cocina poblana, cuya celebridad se comenta y se aprecia en todo el país; en ella se fundieron las especies de Castilla y las de la Nueva España, y así resultaron los manjares tan exquisitos y notables como el mole poblano, los chiles en nogada, y tantos otros que han enriquecido el acervo culinario de Puebla.
Así también, inmensa es la variedad de los dulces poblanos elaborados con frutas y semillas que produce la tierra; en primer lugar se tienen los camotes y tortitas de Santa Clara que es lo que mas busca el turismo nacional y extranjero, debido a la gran fama que han adquirido estos dulces por su originalidad y por ser tan exquisitos. Entre otros se encuentran las pastas o ates, mermeladas, marquesotes, dulces de pepitas y almendras, mazapanes, caramelos, jamoncillos de leche, las insustituibles cocadas y las sabrosas trompadas.
Con todo lo anterior, además de su excelente infraestructura de servicios turísticos, la ciudad de Puebla invita, tanto al turismo nacional como extranjero, a conocer sus vastos recursos turísticos, así como sus múltiples leyendas y tradiciones dentro de un ambiente cordial y hospitalario, característico de los habitantes poblanos.
El interior es de planta de cruz latina, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula sobre tambor con ventanas. Su
importancia recae principalmente en la espléndida y abundante decoración barroca, elaborada a base de estuco, en color dorado. Son impresionantes los retablos y paramentos que se cubren de motivos ornamentales, predominando los follajes vegetales con flores y frutos, además de aves y querubines. En las tres primeras bóvedas, después del acceso.
Capilla del Rosario.
Su construcción se inició en 1650 por idea de fray Juan de Cuenca; tiempo después prosiguió con la obra fray Agustín Hernández y finalmente la concluyó fray Diego de Gorozpe. Se inauguró el 16 de abril de 1690, considerándose localmente como la octava maravilla del mundo. Fue restaurada de mayo de 1967 a mayo de 1971 con el apoyo de la fundación Mary Street Jenkins, y actualmente esta considerada la joya mas preciosa de la ciudad.
Fray Agustín Hernández logró representar las virtudes teologales; en la primera La Fe, en la segunda La
Esperanza yen la tercera La Caridad. En la cúpula representó La Gracia, simbolizada por una doncella portadora de una palma y una rama de laurel; la primera alude a la nobleza y la segunda a la inmortalidad.
En el tambor de la cúpula se encuentran nichos con esculturas, las cuales representan dieciséis gracias de la Virgen Maria; en las pechinas, cuatro ángeles que sostienen carteles en latín. Destaca también el ciprés barroco de la Virgen del Rosario, construido con alabastro de Tecali. Existen además bellas obras pictóricas de José Rodríguez de Camero, alusivas a la vida de la Virgen , tanto terrenal como celestial. El coro es pequeño, pero se engalana con la representaci6n de una vistosa orquesta de músicos infantiles.
Las obras continuaron durante el resto de los siglos XVII y XVIII. El aspecto de sus fachadas produce efectos
simultáneos de concordancia y contra punto; concordancia entre el color de perla negruzca de los sillares y las austeras formas de volúmenes; contra punto entre los paramentos grisáceos y los relieves blancos de las portadas.
Estos últimos son de mármol blanco, conocido también como piedra de Villería. Dichos efectos hacen un juego armónico, pero el empleo del azulejo multicolor de las medias naranjas de las torres y la cúpula, rompe con la cuidada unidad de expresión del conjunto.
La fachada principal destaca por sus tres magníficas portadas que refieren el estilo barroco de transición- y por los dos campanarios herrerianos de sus elevadas torres. Las portadas se concluyeron hacia 1664, ajustadas al diseño del arquitecto Francisco Gutiérrez.
Cada una consta de tres cuerpos y aunque ostentan ornamentación de tendencia barroca, sus columnas y pilastras conservan las típicas formas clásicas, superponiendo los ordenes dórico, jónico y corintio.
La portada central, también conocida como del Perdón es más interesante que las laterales o procesionales; en sus dos primeros cuerpos presenta respectivamente el vano de acceso con arco de medio punto y la ventana coral adintelada; ambos están flanqueados por intercolumnios, donde se alojan medallones roleados y nichos con esculturas.
En el tercer cuerpo se abre otra ventana adintelada entre dos columnas, involucrándose además el remate curvo, donde destaca el escudo de Castilla y de León, rodeado por el toisón y la corona. La ornamentación se complementa con almohadillas, tableros, pináculos y motivos vegetales. Estos últimos se localizan en las enjutas, en el arco y en las jambas.
Las portadas procesionales son simétricas entre sí; en el primer cuerpo ostentan el vano de acceso con arco de medio punto, flanqueado por intercolumnios vacíos; en el segundo, tableros con relieves que representan temas religiosos y grandes medallones; en el tercero se abre una ventana rectangular con marco de piedra de Villería, entre dos columnas que sirven de. apoyo a un frontón curvo, cuyo tímpano aloja un medallón roleado. Otros elementos que decoran a estas portadas son los jarrones, esculturas de ángeles y motivos vegetales.
En 1678 se da fin a la torre norte y a la otra en 1768; miden 69.36 metros de altura, consideradas como las mas altas de México. Los campanarios constan de dos cuerpos, en los que se hallan tres pilastras estriadas por cada una de sus cuatro caras; estas forman entrecalles donde se abren vanos con arcos de medio punto. El cupulín que los remata cuenta con lintemilla y esta rodeado por una balaustrada con almenas piramidales en las esquinas. La torre norte es la única que ostenta campanas; entre ellas destaca la que se conoce como "La Maria". Fue fundida en 1637 por Francisco Márquez y tiene dos metros de diámetro con aproximadamente ocho toneladas de peso.
La portada del crucero que ve al norte estuvo dirigida desde su comienzo por el arquitecto Carlos García Durango, hasta el año de 1684 y, a partir de este, por Diego de la Sierra, concluyéndose en 1690. Su composición guarda cierta semejanza con la portada del Perdón; presenta igual número de cuerpos con pares de columnas clásicas, de ordenes superpuestos; en los intercolumnios aparecen los nichos con esculturas y los medallones roleados de Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV.
En el primer cuerpo, el acceso muestra arco de medio punto; en el segundo, se halla una ventana rectangular de marco acodado; en la clave, la escultura de un niño. En el tercer cuerpo se pierde dicha semejanza en cuanto al vano, ya que este es de forma circular. La ornamentación barroca se acentúa en las enjutas, frisos y pedestales. Remata la portada un frontón curvo con escudo en su tímpano y la estatua de San José en el punto culminante del mismo.
La portada del crucero que ve al sur se encuentra inconclusa, pero tiene la misma composición que la antes descrita. Carece de estatuas o esculturas, relieves. El interior tiene planta basilical, donde la nave central que se cubre con bóvedas de lunetos es más elevada que las laterales; estas últimas se cubren con bóvedas vaídas muy poco peraltadas, que con una moldura circular producen la imagen de un platillo.
La nave central se separa de las laterales a través de grandes columnas cruciformes con medias cañas estriadas y capiteles dóricos. Se divide en nueve tramos: dos del trascoro, dos del coro, uno de planta cuadrada para la cúpula, dos para el presbiterio, uno que liga las naves procesionales y el final ligeramente mas ancho, para la Capilla de los Reyes.
En el caso de las naves procesionales, estas solamente tienen ocho tramos, de los cuales, uno da paso a los accesos laterales y los otros siete restantes comunican a igual número de capillas laterales u homacinas que, incluyendo los dos lados, suman un total de catorce. El basto contenido de estas comprende impresionantes obras artísticas, como retablos, pinturas, esculturas, bellos trabajos de herrería, chapeados en color dorado.
Catedral.
Es edificada por temporadas a partir de 1575, teniendo por arquitecto de traza y montea a Francisco Becerra.
Para 1640, la construcción se levanta hasta medios muros y fue una pena que se interrumpiera la obra; en este mismo año la toma por su cuenta el obispo Juan de Palafox y Mendoza, quien en ocho anos y ocho meses de intensos trabajos la concluye en lo fundamental.
Los trabajos estuvieron bajo la dirección del arquitecto, escultor y pintor Pedro García Ferrer.
Faltándole las portadas y las torres, Palafox la consagra el 18 de abril de 1649, urgido de hacerlo, porque el Rey
Felipe IV lo mandaba desterrado a Osma, España, a consecuencia de haber contendido con los jesuitas poblanos, a!
valer su prelación eclesiástica.
El Coro.
Esta circundado por una reja de fino trabajo y aunque esta vedado al público, desde la nave central puede
verse la bellísima talla de la sillería, realizada en marquetería por el maestro Pedro Muñoz, entre 1712 y 1722. La
marquetería comprende incrustaciones de maderas preciosas, ónix y marfil, que representan complicadas lacerías
El conjunto de la Catedral comprende varios espacios mas y en general cuenta con un sin fin de obras artísticas.
El conjunto hoy en día se encuentra modificado, principalmente en sus dos claustros donde se alberga el Museo de Arte Colonial Religioso.
El claustro mayor es el mas atractivo, pues muestra en sus paramentos una delicia del arte barroco talaveresco, donde el ladrillo rojo alterna simétricamente con el azulejo. Existen también arcadas de medio punto, balaustrados de mampostería, una fuente central de talavera y, la típica cocina poblana.
El Templo anexo fue consagrado el 7 de noviembre de 1751 por el obispo Álvarez de Abreu. Su solución arquitectónica corresponde al tipo habitual de la iglesia poblana de conventos de monjas; es de una sola nave, donde se disponen sus dos portadas de ingreso, entre altos contrafuertes y alineadas a la calle. Estas portadas se caracterizan por su sobriedad, manifestada por el uso del arco de medio punto, pilastras almohadilladas, cornisas, nichos con esculturas, roleos, pináculos y perillones.
El interior esta cubierto con bóveda de lunetos y cúpula sobre pechinas. Sobresalen los retablos neoclásicos, esculturas policromas y cuadros al óleo con temas religiosos. Algo especial es la imagen milagrosa del Señor de las Maravillas, visitada todos los días por gran cantidad de creyentes que provienen del interior y fuera del estado.
El templo adjunto ostenta una sobria fachada, donde su portada de cantera apenas envuelve al vano de entrada.
Complementa la fachada un nicho, la ventana coral y la torre con campanario. El interior también es sobrio y solo se
aprecian retablos neoclásicos, cuadros al óleo, vitrales y un órgano de fuelle.
El interior es de una sola nave, que se cubre con bóveda de lunetos y cúpula de gajos con lucarnas. Predomina el
carácter neoclásico, dado por los entablamentos, columnas y frontones. El retablo principal aloja esculturas, medallones y cuadros con representaciones de imágenes arabescas, propias del arte mudéjar.
Los dos órganos antiguos que conserva fueron donados por Carlos V; el actual es eléctrico y tiene excelente sonido.
El Ciprés.
Esta impresionante obra fue proyectada por Manuel Tolsá y realizada por el arquitecto José Manzo entre 1797 y 1819. Su planta es circular y su estilo corintio, terminado casi en su totalidad con mármol de diferentes tonalidades.
Contiene esculturas de bronce y lata, además relieves en argamasa. Abajo de este ciprés se encuentra el Panteón de los Obispos.
Retablo de los Reyes. Se encuentra en la capilla del mismo nombre su diseño se debe a Juan Martínez Montañés. Fue construido de 1646 a 1652, y su ejecución estuvo a cargo del escultor Lucas Méndez.
Hasta donde se sabe, esta obra fue la primera en la Nueva España que incluyo columnas salomónicas, esto es que vendría a ser la primera obra con apoyos barrocos. Su composición comprende además nichos con esculturas de reyes y seis pinturas al óleo sobre tela, atribuidas a Pedro García Ferrer.
En la cúpula que cubre a esta capilla, Cristóbal de Villalpando plasmo en el siglo XVII la representación de La Coronación de la Virgen.
Exconvento de Santa Mónica.
Su fundación se inicia en 1606,cuando don Francisco Reynoso y don Julián López establecen un hospicio para mujeres nobles casadas, con la finalidad de proporcionarles seguridad durante la ausencia de sus maridos.
La fundación no fue aceptada por estas señoras, ya que preferían quedarse en casa con sus hijos y familiares. Posteriormente, en 1609 el hospicio fue dedicado a la reclusión de mujeres perdidas, bajo la advocación de La Magdalena.
Años mas tarde, el obispo don Manuel Fernández de Santa Cruz reconoció que se había herido el deseo y disposición de los fundadores; por tal motivo compr6 otra casa donde instalo a las reclusas, bajo la advocación de Santa María Egipciaca.
El primer edificio lo destino para crear el Colegio de Niñas Vírgenes, Nobles, Virtuosas y Pobres, lo cual se acercaba mas al deseo de los fundadores. Aún así tuvo escrúpulos, por lo que acudió a la Santa Sede, solicitando dispensa que se le concedió el 14 de septiembre de 1682.
Para esta fecha ya se había estrenado el colegio, el cual comenzó a funcionar con seis colegialas y bajo la advocación de Santa Mónica. Pronto se redactaron sus constituciones y en poco tiempo aumento el número de colegialas; pero, fue principalmente por su virtud, que en 1684 obtuvo la licencia del Rey y de la Santa Sede, para transformarse en convento de religiosas agustinas recoletas.
Durante la confiscación de los conventos en 1857, éste fue uno de los que continuó funcionando clandestinamente, hasta que en 1934 fue descubierto e intervenido por el gobierno federal, quien lo destinó para museo de arte religioso.
Exconvento de Santa Rosa.
Su construcción se realizó a fines del siglo XVI. En 1698, el edificio fue ocupado como beaterio o casa de recogimiento de las integrantes de la Tercera orden de Santo Domingo.
Posteriormente y gracias al impulso de la ascética escritora Sor Mariana Agueda de San Ignacio, se transformó en convento de religiosas dominicas, consagrado por el obispo Álvarez de Abreu el 12 de junio de 1740. Debido a las Leyes de Reforma, el convento fue suprimido en 1869, por lo cual, el edificio fue destinado para albergar un hospital de enfermos mentales.
En 1926 fue un vecindario que pronto fue retirado para convertirlo en Museo de Cerámica. Finalmente, en 1973 fue restaurado parcialmente para albergar al Museo de Arte Popular Poblano.
En su claustro se aprecian corredores con arcadas de medio punto, la escalera y pisos de ladrillo, los paramentos con decoraci6n talaveresca y el patio con su típica fuente central.
Una de las dependencias mas originales que aun conserva es su extraordinaria y típica cocina poblana; donde, según se dice, fue elaborado por vez primera el mole poblano; de fama internacional.
Iglesia de las Capuchinas.
Formó parte de un convento monjil de principios del siglo XVIII. Su construcción se concluyo en 1703, por lo que su portada principal, de dos cuerpos, manifiesta características barrocas, sin prescindir de los apoyos clasicistas, al superponer lo ordenes dórico y jónico.
En el primer cuerpo, dichos apoyos flanquean el vano de acceso, y en el segundo un nicho con escultura; ambos con arco trilobulado, a manera de archivolta.
La ornamentación comprende principalmente motivos vegetales que cubren las enjuntas y mas profusamente el espacio que rodea al nicho del segundo cuerpo. Además se incluyen escudos, pequeños atlantes y el frontón roto que remata la portada, en cuyo extremo derecho se alza una espadaña de un solo claro.
En la fachada lateral norte sobresalen los contrafuertes que contrarrestan el peso de la bóveda, así también las cúpulas que se cubren totalmente de azulejo.
Los basamentos de sus magníficas torres están también recubiertos de ladrillo y azulejo, mientras que los campanarios de dos cuerpos, tienen las mismas características de la portada, tendientes al herreriano. Rematan con cupulín, linternilla, pináculos y cruz de hierro. El interior tiene planta de cruz griega, cubierta con bóvedas de lunetos y cúpula sobre tambor; destacan los retablos neoclásicos.
Lo más relevante en el interior lo constituyen sus retablos dorados de estilo barroco, en cuyos compartimentos figuran óleos de excelente factura.
El interior es de tres naves; la central se cubre con bóveda de lunetos y, las laterales, que son de menor altura, con
bóveda de arista. Cuenta también con una cúpula de gajos que cubre parte del presbiterio.
La decoración interiores plenamente barroca, destacando principalmente sus retablos estípites y salomónicos, en los que se localizan esculturas policromas y pinturas al óleo.
De sus capillas laterales son interesantes la de Jesús de Nazareno y la del Sagrario, cuyas portadas muestran un
magnífico trabajo barroco de cantera. La inmediata a la entrada se decora con óleos del pintor poblano Miguel Zendejas, correspondientes al siglo XVIII.
Templo del Hospital de San Pedro.
Es una discreta capilla, cuya portada, realizada en 1679 es prácticamente herreriana; manifiesta su sobriedad con el uso del arco de medio punto, pilastras lisas, comisas y pináculos terminados en pomas. Otros elementos importantes en su composición son las cariátides que flanquean a un óculo o ventana coral.
La fachada está rematada por una primitiva espadaña. El interior es de una sola nave, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula semiesférica con linternilla. Destaca su retablo neoclásico que incluye un ciprés.
Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
Su construcción se inició a finales del siglo XVII y se consagró en el año de 1722. Su fachada es una de las más barrocas y bellas creaciones del estilo poblano.
La portada es de cantera y yesería, y está apegada a las formas tradicionales; tiene pilastras estriadas, frontón y remates piramidales; se encuentra alojada dentro de un gran arco de medio punto, cuyo paño está cubierto de azulejos, dispuestos geométricamente en zig- zag y formando mosaicos florales.
Los basamentos de las torres están forrados con ladrillo de forma hexagonal y llevan también tableros de azulejos alusivos a la aparición de la Virgen. Ostentan además bellos campanarios barrocos, conformados por tres cuerpos, donde destacan las columnas salomónicas y los cupulines con perillón.
El interior tiene planta de cruz latina, cubierta con bóvedas de lunetos y cúpula con linternilla.
Iglesia de Nuestra Señora de la Luz.
Es quizá la última creación en la modalidad del barroco poblano, construida entre 1761 y 1820. Su fachada está cubierta con ladrillos y azulejos, con aplicaciones de bellos mosaicos religiosos.
La portada es de cantera gris, apegada completamente al patrón arquitectónico de la ciudad; tiene dos cuerpos con columnas toscanas, pilastras jónicas, acceso con arco de medio punto, ventana coral adintelada, nichos con escultura, tableros, pináculos y frontón.
Iglesia de la Soledad.
Perteneció al convento de monjas, fundado por la orden de las carmelitas descalzas en 1748. La iglesia tuvo su origen en una pequeña capilla dedicada a la Virgen de la Soledad, la cual fue enviada desde España por el Conde de Casalegre hacia finales del siglo XVII.
Más tarde, la capilla se convirtió en camarín de la Virgen, al construirse la iglesia actual, cuya obrase terminó en el año de 1731. Su portada del barroco sobrio está terminada en cantera gris; entre su composición figura el vano de acceso con arco trilobulado, los nichos, las columnas toscanas y las pilastras jónicas.
Su portada lateral ostenta pilastras estriadas, columnas salomónicas, nichos con escultura y un relieve de la Virgen.
Parroquia de San José.
Su fundación se remonta al año 1556, cuando la autoridad eclesiástica nombró a San José, patrono contra los rayos, -que frecuentemente caían en esta ciudad.
Los trabajos del templo actual se realizaron entre 1628 y 1693, logrando concebir una amplia y agradable fachada principal que muestra características del barroco talaveresco. El paramento se halla en su mayoría recubierto de delgados ladrillos, combinados con azulejos de diversos colores que contrastan con el blanco de los remates, comisas, capiteles, marcos de ventanas, esculturas y campanarios.
La composición de su portada comprende dos cuerpos; en el primero y en un marco de cantera se abre el vano de
acceso con arco de medio punto, flanqueado por intercolumnios que ostentan nichos con esculturas de santos; arriba, entre pares de pilastras, se encuentra la ventana coral de forma rectangular, coronada por un relieve antropomorfo.
La comisa que cierra esta portada se extiende por todo el ancho de la fachada, formando rectas y curvas y marcando el inicio de los remates, entre ellos: jarrones, pináculos y una espadaña, cuyo pedestal aloja un reloj.
Parroquia de San Marcos.
Fue construida entre 1797 y 1836. Ostenta una fachada del tipo más popular; el paramento está totalmente cubierto de una cuadrícula, donde alternan ladrillos y azulejos.
Tiene un sencillo vano de entrada, marcado con arco de medio punto sobre jambas tableradas; tiene además enjutas y comisamento. La ventana coral es adintelada y está coronada por una ligera comisa.
En cada lado de los vanos y sobre la ventana coral están colocados bellos tableros de azulejos que representan imágenes religiosas.
Remata la fachada un comisamento mixtilíneo roleado y un campanario barroco, en su parte lateral sobresalen sus arcos botarel. El interior es de una sola nave, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula de gajos sobre tambor octagonal.
Parroquia de Santiago.
Su construcción se inició a mediados del siglo XVI. Fue bendecida por el obispo Palafox en 1644, y se le dio el titulo de parroquia en 1924.
Su portada, considerada como las de tipo herreriano, emplea pilastras estriadas, remates triangulares, arcos de medio punto y nichos rematados con pináculos muy elevados.
El interiores de una sola nave, cubierta con bóveda de lunetos. Lo más interesante es un magnífico retablo dorado de estilo barroco.
Templo y exconvento de la Merced (S. XVI).
La construcción del templo se llevó a cabo en 1659, mucho después de la fundación del convento. En la fachada principal destaca la magnífica portada de cantera gris, la cual es un bello
El interiores de tres naves; originalmente las de los extremos alojaban capillas laterales, pero en 1930 éstas fueron
comunicadas entre sí, adquiriendo el templo la disposición actual. La nave central se cubre con bóveda de lunetos a una altura mayor que las laterales; cerradas éstas con bóveda de cañón corrido. El presbiterio se cubre con una cúpula de gajos, con gallones y lucarnas, apoyada sobre tambor y pechinas.
Destaca el retablo neoclásico, pero, principalmente el magnífico ciprés de la Virgen del Carmen. En el coro existen
cuadros de pinturas al óleo con temas religiosos.
En lo que respecta al convento, éste ha sido modificado; su fachada que da al atrio presenta pilastras estriadas,
columnas con fuste de estrías onduladas, vanos adintelados o bien con arcos de medio punto, escudos y ornamentación
en argamasa.
En el interior, su planta arquitectónica tiene la forma de cruz latina, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula con
lucarnas. Cuenta también con doce capillas laterales, las cuales se cubren con bóveda de arista. En los transeptos
destacan sus retablos neoclásicos y en el ábside el nicho de mármol que aloja a la imagen de San Agustín; éste último, flanqueado por columnas corintias del mismo material.
El coro ocupa dos tramos del templo y en él se puede admirar un antiguo órgano de fuelle. En lo que respecta al
convento; éste se encuentra modificado.
Sobre la comisa del tercer cuerpo se levanta el remate mixtilíneo de la portada, el cual se halla totalmente cubierto de follajes, conteniendo además la escultura de una Virgen y en su cúspide la estatua de San Miguel. La esbelta torre fue construida hasta la comisa del primer cuerpo por el padre Tapia, de 1730 a 1740; posteriormente, la terminó el lego José Antonio de Santo Domingo, colocándosele las campanas en 1767. El primer cuerpo se encuentra aplanado y los superiores están terminados con cantera de molduras quebradas; contienen además vanos arcados y pilastras jónicas y dóricas.
La portada lateral norte enriquece aún más el valor artístico de este conjunto, al mostrar en sus tres cuerpos el carácter plateresco, propio de la época de su construcción; aunque cabe señalar que contiene un par de columnas salomónicas, probablemente de ejecución posterior. Su ornamentación comprende principalmente motivos vegetales y escudos, dispuestos en jambas, arcos y pilastras. En el primer cuerpo, el acceso se abre con arco de medio punto; en el segundo, un nicho aloja una cruz, y en el tercero se localiza un frontón triangular, cuyo tímpano contiene el escudo de Tlaxcala.
El interior es de una sola nave, cubierta con bóvedas nervadas, de las cuales sobresalen la del coro y la del presbiterio; en este último, las nervaduras forman una estrella de ocho puntas. Destaca la sillería del coro, los retablos neoclásicos, pero, principalmente el cuerpo momificado del beato Sebastián de Aparicio, alojado en un nicho de plata cincelada que se encuentra en la capilla de Nuestra Señora la Conquistadora; se llama así porque en alguna ocasión albergó a la imagen de dicha Virgen, de la cual se dice, fue traída por el conquistador Hernán Cortés. El cuerpo incorrupto de fray Sebastián de Aparicio es visitado diariamente por cientos de fieles católicos, provenientes de todo el país y del extranjero. El convento anexo se encuentra modificado y sus instalaciones son ocupadas por el Centro Escolar Aparicio.
Ejemplo de las primeras manifestaciones barrocas en la ciudad de Puebla. Su composición guarda semejanza con la
portada principal de San Agustín, con la cual difiere únicamente en el empleo de columnas en vez de pilastras; en el
primer cuerpo son toscanas y en el segundo jónicas, situadas en ambos lados del vano de acceso con arco de medio
punto y de un cuadro con relieves, respectivamente.
Los intercolumnios guardan nichos con esculturas, remates roleados y escudos. El entablamento del segundo cuerpo se interrumpe al centro por una ventana rectangular, alojada en un frontón triangular roto y coronada por otro de Iínea curva. A los lados se hallan escudos y pináculos con perillones.
Templo y exconvento de San Agustín.
La fundación de este conjunto conventual se da en 1546, por los frailes agustinos. El templo presenta dos portadas del barroco sobrio, diseñadas por el cantero Pedro de la Cotera, quien al morir en 1606 sólo habrá terminado la portada lateral y el primer cuerpo de la principal.
En 1629, el maestro Antonio Alonso concluye los trabajos de acuerdo a la traza original. La portada principal se integra de dos cuerpos; en el primero, el acceso se marca con arco de medio punto y está flanqueado por pares de pilastras tableradas, entre las que se encuentran nichos con esculturas; en el segundo, las pilastras son jónicas y estriadas, dispuestas en grupos de tres, que forman entrecalles en ambos lados de un cuadro con relieves que destaca al centro; las entrecalles de los extremos alojan nichos con esculturas.
Remata la portada un frontón triangular que se rompe para dar paso a una ventana rectangular, coronada por un frontón curvo, cuyo tímpano guarda un símbolo agustino y motivos barrocos. El diseño en general se complementa con pináculos, tableros y almohadillas.
En lo que respecta a la torre, ésta se levanta en el extremo derecho y comprende un alto basamento , sobre el que se erige el campanario de esquinas achaflanadas y con vanos arcados de medio punto.
La fachada lateral norte presenta pilastras jónicas en ambos lados del acceso; éstas soportan un entablamento, a partir del cual se inicia un frontón triangular que se interrumpe por un gran cuadro con relieves que representan escenas religiosas.
En ambos lados del frontón se encuentran altos remates piramidales con perillones y, en la parte superior del cuadro, un nicho con escultura remata la portada.
Templo y exconvento de San Francisco.
La construcción de este conjunto data del siglo XVI. El templo se concluyó en 1570 y después de varias intervenciones estéticas, finalmente se consagró en 1767.
Su fachada principal destaca por su impresionante portada y por su elevada torre de cuatro cuerpos. La portada es de cantera gris, flanqueada por grandes tableros de azulejo entre recubrimientos de ladrillo.
Fue obra de José De Buitrago, realizada de 1743 a 1767 con características plenamente barrocas. Su composición comprende tres cuerpos estructurados por estípites, que en la mayoría de sus entrepaños guardan nichos con esculturas.
Cabe señalar que en el primero flanquean al vano de acceso marcado con arco de medio punto y jambas almohadilladas. En el segundo, llama la atención un magnífico relieve que representa La Imposición de las Llagas a San Francisco.
También es notable el gran óculo central, ubicado entre el segundo y tercer cuerpo; éste afecta la horizontalidad del entablamento que separa a dichos cuerpos, al obligarlo a seguir la Iínea curva de su abertura por la parte inferior.
El interior es de una sola nave, cubierta con bóveda vaída y cúpula sobre pechinas. Destaca el coro que conserva su
enrejado, así también magníficos lienzos de pinturas firmadas por Antonio Reyes; uno de ellos representa el Triunfo de la Iglesia. En cuanto al convento, se encuentra modificado.
El interior es de una sola nave, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula con lucarnas sobre tambor y pechinas. Destaca el coro de monjas, el cual se localiza enrejado conteniendo un retablo barroco y un antiguo órgano de fuelle. De gran importancia es también el retablo principal con características neoclásicas, y las pinturas al óleo del siglo XIX localizadas en el ábside.
El interior tiene planta basilical; sus tres naves se separan entre sí por medio de esbeltas columnas cruciformes. La nave
central está cubierta con bóvedas de lunetos, mientras que las laterales, de menor altura, se cubren con bóvedas de
arista. Algo especial es el domo del crucero desplantado sobre una base cuadrada; según se dice, fue obra del
constructor jesuita Juan López de Arbaiza.
La decoración actual es neoclásica y se debe al presbítero Gonzalo Carrasco, quien la inició en 1925. Sobresale el presbiterio, donde figura el Sagrado Corazón de Jesús y un retablo de mármol, en el que se disponen los doce apóstoles. Es importante mencionar que aquí se localiza la sepultura que contiene los restos de Santa Catarina de San Juan, mejor conocida como la China Poblana.
Templo de la Concordia o de San Felipe Neri.
Obra del arquitecto -Carlos García Durango-, realizada de 1670 a 1676. Se dedicó a la Santa Cruz y a San Felipe Neri, como sede de la Venerable Concordia de Sacerdotes, la cual sefundó en 1651.
En su fachada principal destaca su portada manierista, dividida en dos cuerpos de tres calles cada uno, elaborada en cantera color gris. Su composición comprende pilastras dóricas y jónicas, entre las que se hallan esculturas y escudos, al mismo tiempo que flanquean el vano de acceso con arco de medio punto moldurado y la ventana coral rectangular de grandes dimensiones.
La ornamentación se complementa con escasos relieves vegetales, almohadillas, entablamentos y grandes tableros con figuras de sombreros y la representación de la tiara papal. Remata la portada un gran nicho polígona que aloja un alto relieve.
La portada lateral, aunque no es de cantera, guarda cierta semejanza con la anterior respecto a su composición. En el primer cuerpo, el acceso se encuentra entre pilastras dóricas, y en el segundo, la ventana coral entre pilastras jónicas.
También se hacen presentes los escasos motivos vegetales, almohadillas, escudos y una escultura alojada en un nicho.
Su planta arquitectónica tiene la forma de cruz latina, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula de gajos sobre tambor con ventanas octagonales.
La importancia del interior se acentúa en sus retablos neoclásicos, en sus pinturas al óleo y en sus cuatro portadas barrocas que dan paso a las capillas laterales.
Anexo al templo se encuentra el edificio que en sus inicios(1700) era La Casa de Ejercicios de la congregación de la
Venerable Concordia de los Sacerdotes. Posteriormente, el 30 de noviembre de 1820, inicia aquí sus trabajos el periódico denominado La Abeja Poblana.
Lo más importante de su historia es que en este edificio se imprimió el Plan de Iguala con la imprenta de los Padres Felipenses. Actualmente alberga la escuela oficial Gabino Barreda, y su sobria fachada de dos
Capilla de la Tercera Orden.
Forma parte del mismo conjunto conventual y fue fundada en el año de 1614, previa licencia del provincial fray Juan de Torquemada. La primera capilla se sustituyó por la actual en el año de 1657.
En su fachada lateral norte, presenta dos portadas de cantera color gris con características clasicistas, donde además se muestran algunos elementos que marcan el inicio del barroco.
Templo y exconvento de Santa Inés.
Se fundó en 1620, gracias a los esfuerzos de Jerónima de Gamboa, viuda de Serrano. La construcción data de 1663 y fue costeada por el canónigo Florián Reynoso.
El único vano de ingreso al templo está marcado por una sobria portada, estructurada en la fachada lateral oriente que da a una pequeña plazuela de tipo colonial.
El acceso tiene arco de medio punto y se flanquea por pares de columnas toscanas que soportan un entablamento de friso almohadillado. Arriba, se encuentra un nicho con la escultura de Santa Inés y, sobre él una ventana rectangular que remata la portada.
El campanario, que se levanta en el extremo izquierdo, es de forma octagonal; ostenta vanos arcados y pares de columnas salomónicas.
Templo de la Concepción (1617).
Perteneció a un conjunto conventual fundado en 1593. Su paramento lateral norte es propiamente la fachada principal y en ella destacan dos portadas herrerianas de cantera color gris, caracterizadas por su sobriedad clasicista.
Se integran de dos cuerpos; en el primero se encuentra el acceso con arco de medio punto y en el segundo un nicho con escultura. El diseño comprende también pilastras, frontones rotos, almohadillas, entablamentos y remates con perillones en la cúspide.
En el resto de la fachada se aprecian contrafuertes, ventanas, y en el extremo poniente se alza el campanario con vanos arcados de medio punto y columnas salomónicas.
Templo de la Compañía de Jesús.
Se terminó de construir en el año de 1767, bajo la dirección del maestro mayor de arquitectura José Miguel de Santa María. Originalmente perteneció al antiguo Colegio Carolino, hoy edificio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Su imponente fachada principal está orientada al poniente y da a una pequeña plazuela, desde la cual se puede admirar su composición barroca que combina la cantera y argamasa.
La fachada consta de dos cuerpos; el primero es todo de cantera y lo conforma un pórtico con tres vanos arcados al frente, que corresponden a las naves interiores. El vano central muestra arco trilobulado y los laterales arco de medio punto; todos con hermosas rejas de hierro. Complementan el diseño las pilastras tableradas, cartelas, almohadillados, tableros, nichos, medallones y escasos motivos vegetales.
En el segundo cuerpo, los relieves ornamentales se marcan aún más, debido a la argamasa que aquí se emplea. Al centro se encuentra una ventana adintelada ya los lados una cuadrilobulada; entre ellas aparecen nuevamente las pilastras y los nichos.
En este cuerpo aumentan los motivos vegetales, con lo cual se marca claramente el carácter barroco del edificio. El remate es una comisa movida, que al centro hace un arco de medio punto, donde se aloja un escudo religioso.
Los campanarios están constituidos de tres cuerpos y ostentan vanos con arcos de medio punto, discretos estípites, entablamentos movidos, jarrones y cupulín con linternilla.
niveles en esquina sólo presenta vanos cuadrangulares enmarcados con platabanda. En el interior se conserva su patio de grandes dimensiones, rodeado por galerías con arcadas de medio punto sobre columnas toscanas en sus dos niveles.
En la fachada lateral sur es interesante la portada, compuesta de un solo cuerpo y remate. Presenta también magníficos trabajos barrocos labrados en basalto color gris.
Lo más notable de ella es la abundancia ornamental que cubre las jambas, el arco de acceso, el friso, las basas y el fuste de las columnas. Así mismo es relevante la presencia de un par de ángeles recostados en las enjutas y otro par más sobre el frontón roto, flanqueando al nicho del remate.
El interior tiene planta de cruz latina, cubierta con bóveda de arista, de lunetos y cúpula de gajos sobre tambor
octagonal y pechinas.
Se hacen presentes los elementos neoclásicos, pero destaca la ornamentación barroca en estuco, principalmente en las bóvedas y cúpulas, donde además se pueden apreciar figuras de ángeles y santos. Su retablo principal es neoclásico, y merecen especial atención los cuadros al óleo y la escultura policroma de San Cristóbal.
La portada, dispuesta entre altos y llamativos contrafuertes manifiesta los principios del barroco; en el primer cuerpo se aprecia el vano de acceso con un bello marco almohadillado ya sus lados figuran pilastras con ligeras molduras. El segundo cuerpo es de yesería yen él se aprecia la ventana coral con venera, coronada por un mascarón y relieves vegetales; a sus lados, se localizan pilastras recubiertas con elementos geométricos y otras más estriadas con capiteles jónicos. En los ángulos de los contrafuertes figuran dos grotescos mascarones de argamasa.
El interior tiene planta de cruz latina, cubierta con bóveda de lunetos y cúpula de gajos con lucarnas. Destacan los
retablos barrocos y las pinturas al óleo.
El interior tiene planta de cruz latina con capillas laterales. Llaman la atención sus grandes bóvedas de pañuelo debido a su bella decoración barroca en diferentes diseños.
También son interesantes sus magníficos retablos dorados de estilo barroco salomónico y churrigueresco; éstos alojan esculturas policromas y pinturas al óleo. Existen además retablos neoclásicos, rejas de hierro, un órgano de fuelle y cuadros al óleo. Lo más extraordinario del templo lo constituye la excelente y única Capilla de la Virgen del Rosario.
Templo de San Cristóbal.
Su construcción data de la segunda mitad del siglo XVII, e inicialmente pertenecía a un hospital para niños expósitos, fundado desde 1604 por el cura Cristóbal y su hermana María de Rivera.
En su fachada principal destaca su portada barroca labrada en basalto color gris que se caracteriza principalmente por el uso de almohadillas, abundantes motivos vegetales, esculturas de niños o ángeles y sobre todo por las columnas tritóstilas, dispuestas en ambos lados del vano de acceso marcado con arco de medio punto.
Las columnas del primer cuerpo rematan con pináculos y esculturas en ambos lados de la ventana coral adintelada y después del banco del segundo cuerpo. En este banco destaca un relieve con representaciones religiosas, flanqueado por medallones que se enmarcan con motivos vegetales.
Remata la portada un elemento curvo delimitado por una moldura con roleos en su clave y en los arranques. En ambos lados de la portada se levanta una torre con campanario de características también barrocas, donde sobresalen las columnas salomónicas y las figuras antropomorfas.
Templo de San IIdefonso.
Su portada de cantera gris manifiesta los principios del barroco en Puebla. Es obra del español Francisco de Aguilar, realizada por el maestro cantero Nicolás de Origuen, quien la concluyó en 1629.
Tanto el vano de acceso con arco de medio punto, como la ventana coral adintelada presentan almohadillados, lo mismo que el arquitrabe, pero aquí en forma radial.
Templo de San Jerónimo.
Perteneció a un convento de monjas y se construyó en 1579; se puso en servicio en 1635.
Su portada es obra del capitán español Francisco de Aguilar, realizada por el maestro cantero Lorenzo de Adel en 1629.
Templo de San Juan de Dios.
Perteneció al antiguo hospital del mismo nombre, edificado en 1626 por esfuerzos de don Antonio Hernández.
El templo se construyó entre 1667 y 1681, dentro del modelo herreriano; su portada ostenta un relieve en el segundo cuerpo, flanqueado por pilastras jónicas estriadas y pináculos muy altos que terminan en pomas.
Arriba queda la ventana coral adintelada y un frontón curvo. Sus campanarios reflejan características barrocas.
Templo de San Pablo.
Perteneció al antiguo hospital del mismo nombre, fundado en 1563, bajo el cuidado de los dominicos; dejó de funcionar al convertirse en convento en el año 1634.
Lo más interesante del templo lo constituye su portada principal de cantera gris, en cuya composición se reflejan los inicios del estilo barroco.
En su primer cuerpo, el vano de acceso es adintelado ya sus lados aparecen dos columnas toscanas; en el segundo, se levantan dos columnas de fuste recto con listones enrollados en forma helicoidal , y sobre sus capiteles se ven relieves de escudos religiosos; otros dos más se encuentran por arriba y abajo de la ventana coral multimoldurada y acodada.
Templo de Santo Domingo.
Perteneció al antiguo convento de los frailes dominicos, fundado en el siglo XVI. Sobre el escalón de la entrada del templo se lee: "Acabóse Año de 1659". Su portada es de gran pureza clasicista, terminada en cantera gris; consta de tres cuerpos y tres angostas entrecalles.
En el primer cuerpo se hallan columnas pareadas de inspiración dórica, desplantadas sobre altos pedestales tablerados. El friso del entablamento que soportan se decora con triglifos y metopas. En lo que respecta al vano de entrada, éste ostenta un extraño par de arcos de medio punto, dovelados y sobre jambas tableradas.
En el segundo cuerpo-existen pilastras tableradas jónicas, que flanquean la ventana coral alojada en un marco acodado; abajo de ésta se encuentran esculturas zoomorfas y antropomorfas. En el tercer cuerpo se repiten las pilastras en ambos lados de un tablero con escultura. El remate de la portada es un escudo dominico con sendas figuras zoomorfas sobre perillones.
La torre dispuesta en el lado izquierdo fue concluida en 1801; ostenta un alto basamento con óculo moldurado y el campanario que es de un solo cuerpo. Este último muestra pares de vanos arcados y pilastras lisas. También es sobresaliente su amplio patio atrial y la fachada conventual con decoración barroca de argamasa.
Templo de la Santísima Trinidad (S. XVII).
Estuvo anexo al antiguo convento de monjas fundado por la familia el interior es de una sola nave, de gran longitud, cubierta con bóvedas de arista, bóvedas de lunetos y una cúpula con lucarnas sobre tambor y pechinas.
Destacan sus retablos neoclásicos, pero principalmente el coro de monjas que conserva su celosía metálica; ésta lo separa de la nave y antaño sirvió para que los fieles no interfirieran en los actos de oración comunitaria de las religiosas. Merecen especial atención las obras pictóricas del sotocoro con temas religiosos, como la Pasión de Cristo, la Vida de Santa Rosa, entre otros.
La casa es verdaderamente interesante; consta de dos niveles, en cuya fachada se combina la cantera, el ladrillo y el azulejo. En el primer nivel se abren tres ventanas adinteladas y enrejadas, con jambas que se prolongan hasta el
comisamento que separa al segundo cuerpo del primero.
El único vano de acceso es adintelado, colocado en el extremooriente de la fachada, donde también destaca un relieve alusivo a la vida de San Francisco.
Lo más importante se halla en el segundo nivel, donde se distribuyen cuatro puertas adinteladas con balcón de herrería corrido y provistas de impresionante ornamentación barroca, manifestada por el uso de almohadillas, columnas tritóstilas y como remate doble frontón triangular curvilíneo.
En el interior, la distribución de sus espacios se da a partir de un patio central con galerías en tres de sus lados y en dos niveles. Destacan sus arcadas de tipo escarzano que en el primer nivel presentan molduras y en los superiores estrías móviles.
En cuanto a los apoyos, éstos adoptan diversas soluciones; en el primer piso son columnas toscanas exentas o adosadas a pilares cuadrangulares, en tanto que en el segundo se alternan columnas con pilastras; todas tritóstilas, principalmente con estrías zigzagueantes y onduladas.
La cubierta de este edificio consiste principalmente en bóvedas, por lo que es conocido como Casa de las Bóvedas.
En sus espacios alternan bóvedas vaídas, de arista, de formas geornétricas y la cúpula de la escalera es gallonada. Motivo de atención es también el paramento poniente del patio, el cual ostenta en la parte alta, puertas balconadas y ornamentadas con almohadillas y pilastras estriadas -igual que en la fachada exterior-; dichas puertas se coronan con doble frontón.
En 1864, un grave sismo acabó de afectar el conjunto penitenciario. En diciembre de 1879, un grupo de poblanos se
dieron a la tarea de concluir la gran obra ahora bajo la dirección del arquitecto poblano Eduardo Tamariz, respetando los
lineamientos originales del arquitecto José Manzo.
Para su conclusión se estableció un impuesto del 2.5% sobre la venta de licores y una cuota de dos reales semanarios sobre pulquerías. El 2 de abril de 1891, el general Porfirio Díaz la inaugura, siendo gobernador el general Rosendo Márquez. Actualmente este edificio es sede del Instituto Cultural Poblano.
Rivera Barrientos, hacia 1619. Su edificación fue patrocinada por el obispo Escobar y Llamas y, al decir por Efrain Castro, es probable que haya intervenido en su construcción el maestro arquitecto Carlos García Durango, iniciador del barroco en Puebla. La fachada lateral sur es propiamente la principal y la única por la cual se puede ingresar al templo directamente desde la calle ya través de dos portadas de acceso con características barrocas, elaboradas en cantera color gris.
La portada principal tiene un claro sentido ascensional, ya que disminuye el ancho de cada uno de sus cuerpos superiores. Sus elementos más sobresalientes son las columnas pareadas de fuste estriado, los roleos, las almohadillas, los blandones y los pináculos alargados con perillón en su cúspide.
En el primer cuerpo, el acceso se marca con arco de medio punto; en el segundo se localiza un nicho con escultura y en el tercero se abre la ventana coral coronada por un frontón curvo, que a su vez sirve de remate a la portada.
La otra es más sencilla; se compone de un solo cuerpo, donde el acceso se marca con arco de medio punto y está flanqueado por pilastras tableradas que soportan un modesto entablamento. Sobre este último se inicia el remate roleado, a manera de frontón triangular, cuyo tímpano aloja un medallón con una cruz enmarcada por relieves fitomorfos.
La composición de la fachada se complementa con elevados contrafuertes y una torre en su extremo oriente. En esta última sobresale el campanario ochavado con óculos, vanos arcados y cuadrangulares, balcones y cupulín con linternilla.
Exacademia de Bellas Artes.
A este edificio también se le conoce como Casa de las Bóvedas. Se construyó entre 1684 y 1685 por el arquitecto Diego de la Sierra, quien se distinguió por sus construcciones barrocas.
Originalmente fue de tipo habitacional destinada al racionero de la catedral Diego Peláez Sánchez, y posteriormente funcionó aquí la Academia de Bellas Artes, fundada en 1813 por el padre José Antonio Jiménez Cuevas, con la denominación de Academia de Primeras Letras y Dibujo.
Colegio de San Javier (actual Colegio 2 de Abril).
En 1773, el doctor y maestro Sebastián Roldán cede en testamento la cantidad de $ 26000.00 a la Compañía de Jesús, 10 años más tarde su sobrino Antonio Hordeñana, entrega $50000.00 iniciando así la construcción del Colegio y el Templo de San Javier, dando término en 1751, según crónicas de la época; ahí laboró como operario de indios desde 1761 , Francisco Javier Clavijero, con la expulsión de los jesuitas el colegio y el templo son abandonados sufriendo un grave deteriodo. En 1796, se reconstruyen.
Edificio Penitenciario (Instituto Cultural Poblano).
Siendo gobernador el general Felipe Collados, el 11 de diciembre de 1840 coloca la primera piedra, logrando un buen avance hasta 1847, cuando se interrumpe la construcción con motivo de la Intervención Norteamericana.
Dos años después se reanudaron los trabajos, pero, una nueva intervención ahora Francesa volvió a suspender la obra.
Tras la victoria sublime del 5 de mayo de 1862, y de ser ocupada primero como cuartel, el poblano Joaquín Colombres convirtió la penitenciaria en el fuerte " Iturbide", en la concepción de la defensa de la ciudad para el quesería heroico sitio de 1863. Del 18 al 29 de marzo de ese año, San Javier fue un bastión notable y en donde se escribió por las tropas mexicanas una de sus mejores epopeyas; bombardeado el edificio, éste quedó destruido en gran parte.
Biblioteca Benito Juárez García.
Construcción de tipo colonial, cuya fachada muestra elementos del barroco poblano.
El acceso tiene arco de medio punto sobre pilastras tableradas; arriba se encuentra un entablamento movido, y el
remate es un frontón mixtilíneo con el escudo nacional. En el resto de la fachada sobresale el tapizado de ladrillo rojo.
Según una placa alusiva colocada a un costado de la entrada, en 1853 estuvo preso en este lugar.
El interior conserva una bella escalera que conduce a la planta alta, donde se encuentra en primer término un vestíbulo y, posteriormente, las dos únicas habitaciones originales. Estas últimas albergan un singular e interesantísimo Museo de Pintura Mural.
El interior alberga actualmente las oficinas y talleres del periódico "El Sol de Puebla". En el muro del descanso de la escalera se muestra una cédula de cantera, en laque se narra la antigua leyenda del joven que mató al animal.
Son un total de dieciséis tableros de azulejos que representan cuerpos de hombres y mujeres semidesnudos; algunos en actitud de danzantes y acompañados de animales, cántaros o instrumentos de sonido. Todos tienen los mismos rasgos; sus expresiones, rostros y cuerpos son muy naturales.
Hasta ahora estas figuras se han relacionado con algunas leyendas populares, siendo la más común la que cuenta que don Agustín de Ovando tuvo un largo pleito con los regidores, pues éstos se oponían a que la casa de un particular fuera más alta que la Casa de Cabildos.
El caso fue llevado a la Corte de la Nueva España, en la capital, que fallaron contra Ovando; insatisfecho, apeló a la Corte Española, donde le dieron la razón. Para subrayar su triunfo, mandó a decorar la fachada de su casa con las grotescas caricaturas de sus enemigos.
El interior actualmente se encuentra reconstruido y modificado; cuenta con cuatro patios circundados por habitaciones cuyos accesos se marcan con arcos conopiales y decoran con relieves antropomorfos.
Lucen también los balcones con barandales de hierro, así como los comisamentos movidos, decorados en sus frisos con relieves vegetales y caritas de dictadura santanista, el Lic. don Benito Juárez García, quien después fuera Presidente de la República y declarado posteriormente Benemérito de las Américas.
Casa del Alguacil Mayor.
Antiguo edificio de dos niveles, cuyo estilo barroco poblano se caracteriza por la combinación de cantera, ladrillo y azulejo. Su nombre se debe a que ahí vivió el alguacil mayor, cargo oficial que en la actualidad equivaldría a presidente del ayuntamiento. En su interior conserva una muestra de un patio del siglo XVI con sus columnas que soportan sobrios arcos de medio punto.
Casa del Alfeñique.
Su construcción data del siglo XVIII, ejecutada por el maestro de arquitectura don Antonio Santamaría Incháurregui.
Fue costeada por don Juan Ignacio Morales, de quien se dice, prometió a su esposa una casa como un alfeñique o turrón de almendra, de cuya presentación se inspiraron los adornos para este bellísimo edificio, clasificado como una obra de estilo barroco churrigueresco, donde además se combina el ladrillo y el azulejo.
Su fachada en esquina consta de tres cuerpos, en los que se encuentran vanos adintelados con enrrejados y balcones de hierro, entre pilastras y columnas estípites.
La decoración se complementa con motivos vegetales, escudos, roleos y comisamentos mixtilíneos; todo esto elaborado en argamasa. En el interior destaca una preciosa fuente de cantera con fondo de azulejo de talavera, localizada en el patio principal. El edificio ha sido restaurado y acondicionado para albergar el Museo Real Casa del Alfeñique.
Casa del Deán.
Edificio del siglo XVI, construido por órdenes de don Tomás de la Plaza, quien fungió como decano o deán (cabeza de cabildo eclesiástico ) de 1564 a 1589. La construcción se terminó e 1580 y de ella sólo perdura la fachada principal que mira al oriente; lo demás fue demolido en 1953 para construir una sala cinematográfico.
La fachada es completamente lisa y en ella resalta la portada de cantera gris, que artísticamente corresponde al
renacimiento purista consta de dos cuerpos y remate muy bien equilibrados y elegantes.
El primer cuerpo presenta el vano de acceso, adintelado y flanqueado por columnas de orden dórico, las cuales sostienen un entablamento en el que se inscribió la frase: SEMPER SIT IN NOMINE JHS INGRE SSUS ET EGRESSUS, lo que se traduce como: Siempre sea el nombre de Jesús el ingreso y salida.
El segundo cuerpo se constituye con columnas jónicas que flanquean una ventana adintelada, cuyo barandal del balcón, se dice fue traído de Sevilla, España. El friso del entablamento tiene grabada la fecha 1580, año en que se terminó la obra.
El coronamiento o remate se encuentra semidestruido, pero por los detalles que subsisten, se advierte que tenía el escudo nobiliario del dueño original. Bajo ese blasón se escribió: PLACA DECANUS, nombre latinizado que se traduce como: "Deán de la Plaza".
En ambos lados de la portada están unas ventanas conopiales, coronadas por frontones triangulares, en cuyo tímpano se labró una concha o venera, símbolo de la gracia divina. Los otros balcones, así como las puertas de la planta baja son de manufactura posterior.
Casa del que Mató al Animal (Edificio El Sol de Puebla).
Ocupa uno de los solares más antiguos de la ciudad, y la esquina donde se encuentra, señala la perfección de la traza realizada en 1531. Esta bonita casa, cuya fachada es típicamente poblana, quizá no sea la del siglo XVI, pero sí su portada de cantera que aún conserva ciertos testimonios del estilo plateresco.
En ella, el artista talló impresionantes motivos, que por su composición, los estudiosos los identifican con los viejos tapices franceses o flamencos del siglo XVI.
El edificio se denomina Casa del que Mató al Animal, debido a dichos motivos de su portada, los cuales se relacionan con una vieja leyenda que cuenta de la hazaña de un joven soldado de la conquista, quien dio muerte a un monstruo que, descendiendo de los bosques de la Malinche amenazaba la vida de los pobladores.
Tal dice la leyenda, que esto fue a petición de don Pedro de Carbajal, en venganza por la muerte de su hijo, provocada por el monstruo mencionado.
La admirable proporción de la portada muestra sobriedad y delicadeza; en las partes bajas de las jambas se ven tres rosetas estilizadas y, en las altas, ornamentos vegetales entrelazados con aves que los picotean. Los motivos de la parte intermedia se muestran en grandes tableros y representan escenas de cacería, en las que aparecen caballeros sosteniendo un grupo de perros.
Casa de los Muñecos. Magnífica obra de arquitectura poblana, cuyo dueño fue don Agustín de Ovando y Villavicencio, regidor en 1773 y alguacil mayor o alcalde de la ciudad en 1791 y 1792.
La edificación de la casa se realizó en la segunda mitad del siglo XVIII y su composición arquitectónica comprende tres pisos. Su fachada principales de gran amplitud y en ella se aprecian puertas y ventanas con arcos conopiales y deprimidos, balcones con barandales de hierro forjado, así también relieves de argamasa.
Estos últimos incluyen vegetales, pilastras y una larga cadena de pequeños atlantes, los cuales sostienen un espeso comisamento ondulado que remata con jarrones y barandilla de hierro.
Lo que más caracteriza a la casa es su inconfundible y colorida combinación geométrica de ladrillos y azulejos; además de sus tan discutidas y polémicas figuras antropomorfas, conocidas más comúnmente como "muñecos", de donde toma su nombre el edificio.
La Casa de los Muñecos, como le ha llamado la voz del pueblo, se dice que nunca fue habitada por su dueño; al principio fue ocupada por un sin número de familias y posteriormente se estableció ahí el primer cine de la ciudad (Cine Luz).
Estuvo también por muchos años el diario "La Opinión", el estudio "Foto Puebla", la pastelería "Salambo", los billares "Puebla", entre muchos negocios más. En los últimos años, el edificio funcionó como casa de huéspedes, hasta que en
1983 fue adquirida por la Universidad Autónoma de Puebla, quien la acondicionó para albergar el Museo Universitario.
El centro cívico se construyó en 1962 con motivo de la celebración del centenario de la Batalla del 5 de Mayo. El área que ocupa está calculada en doscientos mil metros cuadrados y se considera la zona verde más importante de la ciudad de Puebla.
Además de ser un gran centro de esparcimiento, ofrece al visitante un amplio panorama cultural a través de sus museos y los diferentes tipos de arquitectura que ahí se encuentran. Las unidades que componen este centro cívico se describen a continuación.
Centro cívico 5 de Mayo.
Se localiza al noreste de la ciudad, en el cerro de Loreto y Guadalupe, mismo que ha tenido varias denominaciones: los naturales le llamaron Acueyametepec que significa “cerro junto al agua de las ranas”. Antes de la fundación de la ciudad se construyó aquí una ermita, por lo que también se le llamó Cerro de la Ermita.
Al fundarse Puebla se le nombró Cerro de San Cristóbal ya partir de 1580 se le llamó de Belén. Este último nombre se debe a que en este lugar se erigió un templo con tal advocación; al que después se le anexó un hospital.
En 1756, estos edificios se destruyeron en gran parte a consecuencia de una terrible tempestad; don Luis Osorio, vecino de la ciudad, levantó un nuevo templo en el mismo sitio, dedicado a la Virgen de Guadalupe; en el otro extremo de la cima se erigió la Capilla de Loreto en 1773. Desde entonces, al cerro se le conoce con el nombre de Loreto y Guadalupe.
Lavaderos de Almoloya.
Original construcción de finales del s. XVIII. Se trata de 98 lavaderos ubicados en 2 hileras, uno frente de otro con aljibe en la parte media. Cubiertos con bóveda de cañón corrido apoyados en arcadas de medio punto. Lugar donde seguramente se comentaron los acontecimientos de la época.
Fuertes de Loreto y Guadalupe.
En 1816, el intendente brigadier Ciriaco del Llano mandó adaptar los templos de Loreto y Guadalupe, para que sirvieran de fuertes, ante probables ataques de los insurgentes. Se utilizaron en diversos combates, pero principalmente se hicieron famosos por la victoria sobre los franceses, en la batalla del 5 de mayo de 1862.
Aunque deteriorados, actualmente se pueden admirar en gran parte, destacando sus gruesos muros y sus fosos circundantes, así también sus bastiones y restos de algunas de sus dependencias.
Cabe aclarar que el Fuerte de Loreto fue restaurado en 1933 para albergar el Museo de Historia Militar o de Guerra; por esta razón sus dependencias son las más conservadas.
La capilla presenta una bonita portada de dos cuerpos con características barrocas, entre las que destacan los apoyos salomónicos y los motivos fitomorfos.
Auditorio Reforma.
Construcción moderna que contrasta con la imponente arquitectura de los fuertes de Loreto y
Guadalupe. Su diseño comprende una impresionante cúpula de estructura metálica y en el interior magníficas
instalaciones para organizar eventos cívicos y culturales.
Monumento a Benito Juárez.
Está ubicado en la Plaza de las Américas, entre los baluartes de Loreto y Guadalupe. La estatua del Benemérito de las Américas se talló en cantera entre 1961 y 1962, para ser colocada como homenaje del pueblo mexicano en el primer centenario de la Batalla del 5 de Mayo.
Monumento a la Victoria.
Se erigió con motivo del primer centenario de la batalla del 5 de mayo de 1862. Es un soberbio conjunto escultórico de figuras simbólicas en bronce, con base de cantería escalonada que termina en una hermosa fuente. Su realización se debe al escultor poblano don Ernesto Timaraiz y a los arquitectos Vicente Mendiola y Everardo Morales.
Monumento al general Ignacio Zaragoza.
Originalmente, estuvo ubicado en el Paseo San Francisco o Paseo Viejo, ya principios de 1960 se trasladó al Centro Cívico 5 de Mayo; finalmente fue cambiado al sitio actual, en la calzada que lleva su nombre.
Es la única estatua ecuestre existente en la ciudad, en homenaje al Jefe del Ejército de Oriente que derrotó a los invasores franceses en el cerro de Loreto y Guadalupe. La escultura es obra del artista Jesús F. Contreras y el vaciado lo realizó la "Fundación Artística Mexicana" de la Ciudad de México.
Su basamento surge de una fuente de forma elíptica y se eleva de manera inclinada, para después formar un cubo sobre el que se halla dicha escultura.
La composición incluye además otros cinco basamentos con la misma disposición, distribuidos armoniosamente en tomo a dicha fuente; éstos ostentan un cañón y placas alusivas a los batallones que participaron en la lucha contra la invasión francesa.
Con este último recurso se concluye el impresionante contenido del Centro Cívico 5 de Mayo, que con sus amplias áreas jardinadas y arboladas ofrece además un agradable ambiente natural.
Excolegio Carolino (Edificio de la Universidad Autónoma de Puebla).
Colegio de instrucción superior, fundado por don Melchor de Covarrubias en el año 1578. Inicialmente se llamó Colegio del Espíritu Santo y su administración estuvo a cargo de los padres jesuitas, destacados en el campo de la enseñanza.
Posteriormente, tras su expulsión en 1767 y su retorno en 1819, los jesuitas reorganizaron sus colegios, estableciéndolos en el del Espíritu Santo con el perdurable nombre de Colegio Carolino o Real Colegio Carolino del Espíritu Santo, San Jerónimo y San Ignacio.
Consumada la independencia se le denominó Colegio Imperial y, en 1825, por decreto del Congreso del Estado pasó a la administración del gobierno, denominándose Colegio del Estado. A partir de entonces ya consecuencia de las turbulencias políticas entre Liberales y Conservadores, la institución se vio invadida de nombres; en 1834 fue el Colegio de San Jerónimo y San Ignacio del Estado Libre y Soberano de Puebla; en ese mismo año volvió a llamarse Colegio del Espíritu Santo, con el agregado del Estado; en 1835 fue sólo el Colegio del Estado; en 1846 y 1856 los gobiernos locales le nombraron Colegio Departamental.
Durante el Imperio de 3 años de Maximiliano (1864-1867) se le llamó Colegio Imperial del Espíritu Santo, y apartir del triunfo de la República en 1867 se reafirmó la denominación del Colegio del Estado. Esta denominación la conservó hasta el 22 de mayo de 1937, fecha en que se transformó en la Universidad de Puebla.
Durante la administración del gobierno del General Manuel Ávila Camacho se reconstruyó y se equipó dignamente para seguir albergando al Honorable Tribunal Superior de Justicia. En general, el conjunto es un bello ejemplo de la
arquitectura poblana. Su lachada es de tres niveles, y en ella se aprecia el tapizado de ladrillo rojo de forma hexagonal.
Se encuentran también puertas y ventanas con rejas y balcones de hierro entre pilastras lisas; remata la fachada un
vistoso balaustrado. Su portada de cantera es lo más interesante; muestra características del barroco sobrio,
principalmente el arco ochavado, las pilastras tableradas, pináculos con perillones y el frontón mixtilíneo.
Entre otros elementos se encuentran dos escudos; uno del obispo Palafox y otro del obispo Abreu; además, la fecha 1762 y la leyenda: Palacio de Justicia.
Al ingresar al edificio está el vestíbulo, donde se aprecian placas de talavera alusivas al edificio y en memoria a los más destacados alumnos del Seminario Palafoxiano.
Es vistosa la reja de herrería, el amplio patio con su fuente central, los corredores con arquerías de medio punto, los barandales y la gran escalera imperial que conduce a los niveles superiores.
El edificio fue construido bajo el proyecto y la dirección del arquitecto Charles J. Hall, mismo que proyectó el actual
Palacio Municipal. Presenta una impresionante fachada en esquina, donde se manifiesta la influencia renacentista, dada por los almohadillados del primer nivel y por las esbeltas columnas jónicas que abarcan los dos últimos. En la esquina figura un bello torreón cubierto con cúpula gallonada y, en él se encuentra el acceso principal precedido por un pequeño pórtico de columnas jónicas que soportan un frontón curvo. Entre otros elementos de su composición en general se tienen: vanos adintelados y con arcos de medio punto; además, balcones, medallones, festones, balaustres y frontones.
Su arquitectura pertenece al Art Nouveau, característico de la época del porfiriato. Sus elementos constructivos, tales como la estructura de fierro, la piedra blanca y la cristalería, fueron comprados a la misma compañía que realizó la torre Eiffel en Francia. Su composición comprende columnas, arcos de medio punto, balcones, relieves vegetales, faroles y almohadillados. Estos últimos destacan aún más en el acceso principal, ochavado.
Finalmente el 25 de noviembre de 1956, por decreto del Congreso del Estado, se fundó oficialmente ahí la Universidad Autónoma de Puebla. El edificio comprende toda una cuadra; en sus fachadas, de dos niveles, se abren puertas adinteladas y balconadas.
En el interior, tres patios, cuyas galerías ostentan arcadas de medio punto, sostenidas por columnas y pilares; son vistosas sus bóvedas y cúpulas, principalmente las del nivel superior.
En el vestíbulo principal llama la atención la escalera imperial, así como grandes cuadros al óleo que recuerdan al antiguo Colegio del Espíritu Santo. Son también interesantes: el Observatorio, la biblioteca "Lafragua" y el llamado Salón Barroco.
Excolegio de San Juan (Casa de la Cultura).
Se encuentra anexo al Excolegio de San Pedro y fue fundado hacia finales del siglo XVI por el presbítero Juan Larios, quien compró los terrenos y empezó la construcción del colegio, sin haber1a visto terminada, porque falleció en 1595.
La capilla del colegio se destinó más tarde para albergar la biblioteca, que cedió a la ciudad el ilustrísimo Juan de Palafox a su regreso de España. Durante la época de la Reforma, el edificio fue incautado y vendido a particulares, inclusive con todo y biblioteca. Muy pronto fue adquirido nuevamente por el gobierno y en medio de tanta anarquía albergó por algunos años a la Escuela de Medicina.
Finalmente durante el período gubernamental de don Mauricio P. Martínez (1892-1911), se instaló ahí el Palacio de Gobierno que funcionó hasta 1940, año en que cambió de sede.
Excolegio de San Pantaleón (Palacio de Justicia).
Se empezó a construir en el año de 1743 por orden del obispo don Pantaleón Álvarez Abreu, terminándose en 1762.
En ese tiempo, el edificio albergó al Colegio de San Pantaleón, también llamado Seminario Palafoxiano. Por decreto del presidente don Benito Juárez, el inmueble ingresó al patrimonio nacional del estado en 1857 y es sede del poder judicial a partir de 1867.
Excolegio de San Pedro (Sede actual de la Secretaría de Turismo del Gobierno del estado de Puebla).
Se encuentra anexo al Expalacio del Arzobispado y fue fundado por el insigne prelado Juan de Palafox y Mendoza a
principios del siglo XVII.
Destaca su portada principal de cantera gris, donde se aprecia el escudo de su fundador y el de armas del Marquesado de Ariza. En tiempos recientes albergó las oficinas de Tránsito del Estado y actualmente se encuentran ahí las oficinas de Información Turística del Estado.
Expalacio de Gobierno.
Lujoso edificio construido por el Banco Oriental de México en la última década del porfiriato.
En 1928 pasó a ser propiedad del Banco de México, que a su vez lo vendió al licenciado Eleazar Del Valle. Hasta 1940 estuvo ocupado por el Centro Industrial Mexicano y, finalmente en ese mismo año, el licenciado Del Valle lo vendió al gobierno local; desde entonces y hasta 1968 funcionó como Palacio de Gobierno. Actualmente alberga a las oficinas de la Tesorería Municipal.
Las Fábricas de Francia (Fundación Mary Street Jenkins).
El edificio fue inaugurado en 1908 y a partir de entonces albergó a los siguientes giros comerciales: Banco de Montreal; más tarde, de la Compañía Hermanos León (CHL), de nombre "La Ciudad de México"; posteriormente, un negocio de ropa: "Las Fábricas de Francia"; también albergó a "Telas Blanco" y actualmente "Vips". Cabe hacer mención que el edificio pertenece y es sede de la reconocida institución de beneficiencia privada, llamada Fundación Mary Street Jenkins.
En esta plaza, según se dice, murió fusilado en 1830 Juan Nepomuceno Rossainz, insurgente poblano, secretario del
"Siervo de la Nación" don José Marra Morelos y Pavón.
El mercado tiene cuatro fachadas, en las cuales se hallan distribuidos nueve vanos de acceso o portillos, como más
comúnmente se les conoce. En una de ellas destaca además un precioso escudo de la ciudad, labrado en cantera.
A excepción de esta fachada que da a la calle de 5 de Mayo, todas las demás son de dos niveles, terminadas en cantera y ladrillo, y adornadas con torreones de elegante arquitectura en sus esquinas.
Presentan vanos adintelados con arcos escarzanos, además pilastras, tableros, escudos y celosías. En la fachada poniente destaca una vistosa torre de treinta y un metros de altura, en cuyo primer nivel se abre un vano de entrada y en el segundo, un arco ciego aloja una ventana y un magnífico relieve escultórico que representa la alegoría del comercio y el trabajo; al centro figura el reloj público, importado de Suiza.
En el interior es motivo de atención un quiosco de fierro y cristal emplomado, destinado a la venta de flores, por lo cual se le llama Quiosco de las Flores.
En el interior se encuentra el típico patio rodeado por galerías, cuyas arcadas se apoyan sobre columnas toscanas y
jónicas. Motivo de atención es su monumental escalera de mármol blanco de Carrara.
Fuente a la China Poblana.
Está ubicada en el boulevard Héroes del 5 de Mayo y diagonal Defensores de la República. Se trata de una monumental obra de arquitectura y escultura, del arquitecto Jesús Corro Ferrer, a principios de la década de los setentas.
La cantera labrada, el petatillo y la talavera son los materiales empleados en la construcción de esta fuente, cuya base tiene aproximadamente 30 metros de diámetro.
En el centro se levanta enorme columna que sustenta dos tazones con diseños mixtilíneos y pedestal donde se apoya la escultura de cuerpo entero de la famosa China Poblana, de más de tres metros, y porta el típico atuendo poblano.
Jardín Francisco I. Madero.
Es un pequeño espacio rectangular que antaño se llamó plazuela de San José. Hoy en día es un área arbolada y jardinada con hermosas plantas de ornato.
Cuenta además con andadores, bancas y faroles. Al centro destaca el monumento a don Francisco I. Madero, apóstol de la democracia, proyectado por el ingeniero Manuel Robleda Guerra. La estatua de cuerpo entero es obra del escultor poblano don Ernesto Timariz.
Mercado La Victoria.
Su construcción se realizó entre los años 1910 1914, o sea durante los primeros años de la Revolución Mexicana.
Es obra del ingeniero Francisco Timariz, basado en el proyecto del arquitecto Julio Saracibar.
Ocupa una superficie de 17,670 metros cuadrados y su costo fue de un millón cuatrocientos veintidós mil pesos.
El edificio muestra una marcada influencia de la arquitectura valenciana y está considerado desde sus inicios como uno de los más hermosos e importantes de la República.
Monumento a los Hermanos Serdán.
Se encuentra en la avenida que lleva su nombre y fue construido en memoria a los hermanos Aquiles, Carmen y Máximo Serdán, iniciadores de la lucha contra la opresión de la dictadura porfirista.
Consta de un gran basamento, un obelisco y esculturas de bronce.
Palacio Municipal.
Desde que se hizo la traza de la ciudad, el cabildo reservó una manzana al norte de la Plaza de
Armas (Zócalo), para construir ahí el edificio que a través de los años se ha denominado: Edificio de Cabildo; de las
Casas Reales, Casas Consistoriales, Casas de Concejo, Consistorio, Honorable Ayuntamiento y, en la actualidad se le
conoce como Palacio Municipal.
El primer edificio se construyó después de 1536, el segundo en 1699 y el actual de 1896 a 1906, proyectado por el arquitecto inglés Charles J. Hall.
Presenta una imponente fachada de cantera gris con características renacentistas, compuesta de dos niveles y rematada con un ático al centro y una torre en cada uno de sus extremos. El primer nivel lo constituye el portal con arcos carpaneles apoyados sobre grandes pilares almohadillados.
En el segundo nivel se disponen puertas adinteladas con balcones balaustrados, frontones semicirculares y pilastras jónicas a sus lados. Lo más relevante es su portada central, la cual marca la entrada al edificio; comprende los dos niveles, más el ático que remata con un elemento donde se aloja el reloj público; éste se instaló en el año de 1904.
El diseño de esta portada difiere del resto de la fachada por el uso de las columnas jónicas pareadas y por los frontones triangulares que flanquean y coronan los vanos respectivamente.
El Parián (Mercado de Artesanías).
El origen de su nombre, según el doctor Hugo Leich, proviene de la ciudad de Manila en las Islas Filipinas, donde había un mercado de géneros, tela y ropa del mismo nombre. Por esto y por el continuo tráfico entre esa ciudad con el reino de la Nueva España, tanto en la Ciudad de México como en la de Puebla, se le dio a estos mercados el nombre de "El Parián".
Su construcción se realizó de 1796 a 1810, en la antigua Plazuela de San Roque; esto a iniciativa del intendente don Manuel Flon Tejada, Conde de la Cadena, quien encomendó el trabajo al maestro de arquitectura don Antonio Santa Marra Incháurregui.
Originalmente fue un famoso mercado de abasto popular, destinado principalmente a los comerciantes de ropa que antaño se hallaban en la Plaza Principal o Zócalo de la ciudad. Hacia 1869 se le hicieron las primeras reparaciones y modificaciones, ya partir de entonces se le llamó Mercado Porfirio Díaz.
A través del tiempo, su importancia se fue degenerando, a tal grado que a principios del siglo XX, los locales fueron ocupados por carbonerías, peluquerías, hojalaterías, reparadoras de calzado e incluso sirvió como vecindario.
Más tarde, el licenciado Salvador Espíndola, con carácter de presidente municipal ordenó las reparaciones de mayor importancia de sus instalaciones, reinaugurándose el 12 de octubre de 1922 con el nombre de Mercado Cuauhtémoc.
Finalmente, hacia 1961 fue nuevamente reconstruido y remozado por la Junta de Mejoramiento Cívico y Material del Municipio de Puebla; además se dignificó al suprimirse cantinas y pulquerías que alrededor existían.
Actualmente, el conjunto alberga al barrio del Artista y al mercado de Artesanías, que en conjunto constituyen una de las partes más interesantes de la zona típica de la ciudad.
Paseo Bravo.
Es uno de los parques más extensos de la ciudad, dotado de hermosas áreas jardinadas y arboladas,
plazuelas y andadores.
En él se encuentra también una preciosa fuente labrada en cantera gris, así como un grandioso quiosco de forma octagonal que fue construido en 1897 y se le dio el nombre del general Murcio Práxedis Martínez.
Contribuyendo al embellecimiento del parque, existen bellos obsequios donados por colonias extranjeras asentadas en la ciudad.
En 1921 los franceses donaron un reloj, en ocasión del primer centenario de la consumación de la Independencia de México.
El reloj El Gallito, como más comúnmente se le conoce, fue instalado en una pequeña torre cuadrada que predominante es la parte central donde se encuentra el acceso principal, también adintelado y con jambas almohadilladas; arriba se aprecia una gran ventana balconada que remata en un frontón mixtilíneo, cuyo tímpano aloja un escudo, figuras antropomorfas y leyendas alusivas al teatro.
Complementan la fachada una serie de pináculos en la parte superior del edificio. En el interior se ubican las lunetas con butacas acojinadas, pasillos y vestíbulo alfombrados; las plateas ocupan todo un semicírculo y los pisos siguientes están destinados a palcos.
El escenario es enorme; tiene su foso para orquesta, el cual conserva su magnífica acústica. En la actualidad sigue
siendo escenario de grandes acontecimientos, tanto cívicos como culturales.
Como todas las plazas de las ciudades coloniales, la de Puebla está rodeada por típicos portales, además de la
imponente Catedral con su capilla del Sagrario, que se levanta en el costado sur.
Los portales muestran características greco-romanas y constituyen el techo de la vida social y comercial del centro de la ciudad. Al norte se encuentra el Portal Hidalgo, donde también sobresale el soberbio Palacio Municipal con su fachada de cantería. Al oriente se ubica el Portal Morelos y al ‘poniente el Portal Benito Juárez, llamado en algún tiempo de Iturbide.
Durante algunas de las festividades cívicas o religiosas y principalmente el 15 y 16 de septiembre, se organizan aquí verbenas populares; se instalan, entre otras cosas, puestos de artesanías y antojitos regionales.
remata con la figura de un gallo, símbolo de la nación francesa. Por su parte, la colonia Española mandó a construir una preciosa fuente de estilo barroco, en cantera gris, con ladrillo rojo y azulejo de talavera.
Son dignos de mencionarse también dos monumentos de gran importancia; uno dedicado al ilustre don Gabino Barreda y el otro a Nicolás Bravo, caudillo insurgente, en cuyo honor el paseo lleva su nombre.
Paseo de San Francisco.
Se ubica al costado norte del templo de San Francisco, a un lado del boulevard Héroes del 5 de Mayo.
Este paseo es un enorme jardín de antiguos y frondosos árboles que a través de los siglos ha sufrido un sin número de modificaciones y transformaciones. Hoy en día existen dos fuentes; una de poca importancia artística y la otra recubierta de azulejos, estilo californiano.
También se encuentra el hemiciclo que honra la memoria del apónimo poeta y diplomático Rafael Cabrera; cercano a él, otro monumento recuerda al poeta Manuel María Flores.
En el año de 1981 se trasladó a este paseo el Monumento de los Fundadores de la Ciudad de Puebla, en el que fueron labrados, en tamaño natural, la reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, el obispo fray Julián Garcés, el oidor Juan de Salmerón y fray Toribio de Benavente (Motolinía).
Teatro Principal.
Es uno de los más antiguos de América, erigido a mediados del siglo XVIII. Su inauguración se llevó a cabo en el año de 1760 con el nombre de Corral de Comedias.
A través del tiempo ha visto pasar las mejores compañías de teatro y ópera; así también, destacados concertistas y las más grandes orquestas sinfónicas tanto nacionales como internacionales. Durante su trayectoria también sufrió varias interrupciones, debido principalmente a la lucha armada, a los fuertes temblores ya las torrenciales lluvias del año 1820.
Consumada la Independencia puede decirse que empezó la época de oro del Teatro Principal, a pesar de la intervención norteamericana, la intervención francesa y la Guerra de Reforma.
Un hecho notable en la historia de la patria es que con la derrota de los franceses en la memorable batalla del 5 de mayo de 1862, el entonces presidente de la República, Lic. Benito Juárez vino a condecorar a los heroicos oficiales del Ejército de Oriente, y fue en el Teatro Principal donde tuvo lugar esta emotiva ceremonia.
Pasadas las perturbaciones políticas, el teatro volvió a adquirir gran fama, hasta que un incendio en el año de 1902 lo convirtió en ruinas. Después de este incidente se restauró y, no fue sino hasta 1940 cuando se le devolvió su estado original.
La última restauración fue en el año de 1960, reestrenándose el 18 de noviembre de 1961. Su fachada presenta dos cuerpos separados por una comisa, y en ellos se localizan vanos verticales adintelados con platabanda de cantera, repartidos simétricamente en ambos cuerpos.
Zócalo Parque Central.
Amplio espacio que existe desde 1531, año en que se realizó la traza de la ciudad poblana. Hasta 1854 este lugar se empleó para mercado, plaza de toros, escenario teatral; además de que la Audiencia de México dictaba aquí sus sentencias, por lo que existió la picota, retirada en 1535 y la horca que en un motín popular fue quemada en 1729.
El sitio también recibió varias denominaciones, tales como: Plaza de Armas, Plaza Pública, Plaza Principal, Plaza Mayor y actualmente Zócalo o Parque Central. Cuenta con frondosos árboles y abundantes áreas jardinadas donde crecen flores de variados y vistosos colores.
Al centro destaca la artística fuente de San Miguel, construida en 1777; la figura que le corona es la imagen del arcángel, a cuya protección se encomendó la ciudad desde su fundación.
Puente de Ovando.
En 1775 hubo una fiesta de toros para ayudar en la construcción de un nuevo puente sobre el río San Francisco, en la calle que correspondía al colegio seminario de San Jerónimo (actualmente 3 oriente).
Su construcción vino a agilizar el tráfico del ya existente puente de Analco y así evitar su acelerado deterioro. Su nombre se debe a que se ubica aliado de la casa del regidor Agustín Ovando.
Está construido de piedra braza; lo conforman tres vanos y está apoyado lateralmente a base de contrafuertes que a la vez le sirven de parteaguas, tiene una longitud aproximada de 25m.
Puente de México.
Construcción de fines del siglo XVII y principios del XVIII; notable obra de ingeniería que demuestra la capacidad constructiva de los maestros de obra de la época colonial.
Las entradas a base de tres arcos de medio punto, se apoyan sobre manchones que tienen pilastras ornamentales; su estilo es neoclásico sobrio. Tiene una longitud de 700 metros.
Casa de los Hermanos Serdán.
Al iniciar el siglo XX esta casa era habitada por la familia Serdán Alatriste. En ella dio inicio la Revolución Mexicana el 18 de noviembre de 1910, cuando los hermanos Aquiles, Carmen y Máximo Serdán fueron delatados en sus preparativos para levantarse en armas, en contra de la opresión dictatorial del general Porfirio Díaz.
En la parte alta de la fachada aún se pueden observar los impactos de bala. El edificio ha sido restaurado para albergar al Museo de la Revolución.
Cuenta con equipo bastante sofisticado, entre lo que destaca un multiproyector de estrellas, pero, principalmente el
equipo Omnimax de fabricación canadiense, que sirve para proyectar películas en una pantalla de 180° de este a oeste y 135° de norte a sur.
Las funciones se llevan a cabo con el horario siguiente: de martes a viernes de 16:00a 17:00 horas; sábados y domingos de 13:00a 18:00 horas.
En forma general rememora los sucesos más relevantes de la Intervención Francesa en Puebla, como la Batalla del 5 de Mayo de 1862, el sitio de la ciudad en 1863 y su reconquista el 2 de abril de 1867.
El recorrido inicia en la Capilla o Sala de Honor, donde se exhiben banderas de varios países, así como retratos de los defensores de la libertad en América.
En las otras salas se explica la tradicional política mexicana de no intervención en los asuntos de otros pueblos. Concluye el recorrido con una sección dedicada a la amistad internacional.
Entre los objetos de su gran acervo, destacan documentos, pinturas, armas de la época y medallas, pero, principalmente la espada y la casaca del general Ignacio Zaragoza. Su horario de visita es de 10:00 a 17:00 hrs. de martes a domingo.
Planetario.
Fue inaugurado el 24 de enero de 1985 y abrió sus puertas al público el 12 de febrero del mismo año. Suobjetivo principal es difundir la cultura científica, respecto a la astronomía, geología, física y química, a través de material audiovisual, conferencias y exposiciones.
Centro Cultural Rafaela Padilla de Zaragoza.
Tiene por objeto fomentar la cultura y la recreación, a través de cursos, seminarios y talleres. Cuenta con teatro al aire libre, salón de fiestas, pista de patinaje, ciclopista, sala de ajedrez, juegos infantiles, lago, palapas, cafetería y estacionamiento.
Su ambientación comprende áreas jardinadas y arboladas, predominando el pino y eucalipto. Su horario de acceso es de martes a domingo de 11:00 a 17:00 horas.
Barrio del Artista.
Su fundación se dio en 1941 por iniciativa del profesor José Martínez Figueroa. Más tarde y representando a un grupo de artistas, el joven Desiderio Hernández Xochitiotzin logró que el Honorable Ayuntamiento les cediera los locales de la parte norte del antiguo Parián.
En la actualidad el Barrio del Artista se extiende hasta la Plazuela del Tomo, conformando así uno de los rincones coloniales más hermosos de la ciudad.
Es un centro de trabajo y creación artística, donde los pintores y escultores exponen y ofrecen sus más variadas y bellas obras de arte.
En la Plazuela del Tomo destacan bellas obras escultóricas y una fuente colonial. Se encuentran también placas alusivas y bustos de grandes personajes que estuvieron relacionados con el desarrollo histórico del barrio y principalmente con el arte poblano.
BibIioteca José María Lafragua.
Fue fundada el 16 de septiembre de 1885 y lleva el nombre de un ilustre liberal poblano, quien donó gran parte de su acervo personal. La especialidad de la biblioteca son los temas de humanismo.
El contenido es de obras del siglo XVI al XX, entre las que sobresale una colección de aproximadamente 15 publicaciones llamada El Incunable.
Biblioteca Palafoxiana.
Se localiza en el edificio sede de la Casa de la Cultura.
La biblioteca se originó con la donación de cinco mil volúmenes que hiciera en 1645 el ilustrísimo don Juan de Palafox. Más tarde, en 1773, el obispo Francisco Fabián y Fuero la enriqueció al dotarla de una espléndida estantería y acrecentar su acervo mediante la incorporación de los libros de colegios jesuitas. Actualmente es un museo bibliográfico registrado como Monumento Histórico de México por decreto presidencial (1981).
Alberga cuarenta y tres mil volúmenes que en lenguas muertas (hebreo, latín, sánscrito, caldeo y griego) tratan sobre filosofía, teología, derecho canónigo y otros temas que fueron de interés para los seminaristas que asistían a los primeros seminarios tridentinos en la Nueva España.
El libro más antiguo data del año de 1493 y se trata de la "Crónica de Nuremberg", escrita por Hartman Schedel e ilustrada con dos mil figuras grabadas por Miguel Wohigernuth y Guillermo Pelydenwurff.
Otros valiosísimos textos aquí albergados son: la "DoctrinaCristiana" (1575), el "Atlas Ortelius" (1584) y la "Biblia Políglota" (1573).
También se puede admirar un retablo barroco, una pintura al óleo que representa a la Virgen de Trapana y otra a Santo Tomás de Aquino; además mesas de ónix y marquetería, la estantería ricamente tallada y un atril circular para libros de gran formato.
Casa de la Cultura.
Institución cultural, dependiente del Gobierno del Estado, cuya finalidad es promover y difundir las manifestaciones culturales en todos sus niveles.
Dentro de sus programas contempla un sinnúmero de cursos, como: danza folclórica, música, artesanía, canto, ballet, teatro, artes plásticas, oratoria y trabajos manuales, entre otros.
Constantemente realiza programas culturales, principalmente conciertos, exposiciones, conferencias, representaciones teatrales y cine club. Además participa en festivales importantes que se celebran dentro y fuera del estado.
Cuenta con biblioteca pública.
Galerías Pictóricas y Museo José Luis Bello y Zetina.
Fue inaugurado el 16 de septiembre de 1972, gracias al ilustre angelopolitano don José Luis Bello y Zetina, quien donó su amplio acervo pictórico y artístico. Está distribuida en diez salas, donde las obras pictóricas se han clasificado por escuelas y tiempo, en el orden siguiente: mexicana, flamenca y francesa; española, italiana, cubana y alemana.
Se incluyen además pinturas en miniatura y grabados, dibujos a tinta china, así como modelados en cera y cuadros bordados en chaquira.
La organización comprende también: recámara, sala, despacho, biblioteca y comedor, todos con el mobiliario utilizado por los señores Bello. Se encuentran muebles de estilo Imperio, Chippendale, Renacimiento, Italiano, Novohispano y Marquetería poblana.
Este centro cultural se localiza en la calle 5 de Mayo Núm. 409, en lo que fuera la portería del convento de Santo
Domingo, cuyo exterior aún conserva características del barroco exuberante.
El horario de visitas es de 10:00 a 16:00 horas de martes a domingo.
Museo de Historia Militar o de Guerra.
Su fundación se debe a los esfuerzos de don Carlos Paz y Puente, siendo la inauguración oficial el 5 de Mayo de 1936.
Al construirse el centro cívico en 1962, el museo fue reorganizado y ampliado con numerosos objetos donados por los descendientes de los defensores de Puebla.
Museo Regional de Antropología e Historia de Puebla.
Ofrece un amplio panorama del desarrollo cultural del estado de Puebla, desde la época prehispánica hasta la Revolución. Comprende: medio ambiente, arqueología, historia, arte y etnografía; temas que se manifiestan a través de mapas, dibujos, fotografías, pinturas, diagramas, maquetas, textos.
Destaca un sillón barroco procedente de la parroquia de Totimehuacán, así también una escultura que representa a
Carlos III y un cañón llamado "Doloroso", fundido en Sevilla España.
La sección de la época independiente contiene información del Movimiento Trigarante, La Reforma, El Federalismo y Centralismo, La Intervención Francesa y el Porfirismo.
De la revolución se exponen fotos de los zapatistas y villistas, además cañones, pistolas, rifles, carrilleras, balas y espuelas.
El recorrido concluye con una sección etnográfica donde se muestra el paralelismo entre una persona del campo y otra de la ciudad; así mismo, refiere el desarrollo que ha tenido la capital del estado, Puebla de Zaragoza. El museo tiene también una sección de exposiciones temporales, biblioteca y librería.
Su horario de visitas es de 10:00 a 17:00 hrs. de martes a domingo.
El visitante puede observar, tanto al imponente oso polar de la región ártica como a un búfalo en el borde de un pantano africano; a tigres de Bengala en los bosques de Asia y a cameros de Barberia en las montañas del norte de África; a osos plateados en los bosques de pino de América del Norte ya un leopardo atrapando a una gacela Thomson en una sabana arbolada africana.
No están ausentes las aves de todo el mundo y el Gran Slam compuesto por los más preciados borregos, que constituyen un inigualable trofeo para los cazadores.
Reproducciones de dinosaurios y dos espléndidos murales de Femando Ramírez de Osorio y Salvador Ortega Salazar, se ubican en el amplio vestíbulo del museo, el cual cuenta además con otras secciones, donde se presentan las características e historia de la vida en la tierra y una visión del globo terráqueo y sus estructuras.
El museo está abierto de martes a domingo de 10:00 a 16:30 horas.
Con la ayuda de este equipo, el visitante podrá obtener la mayor información y a la vez una mejor comprensión de las piezas mostradas en las vitrinas.
El acervo artístico cuenta con objetos que datan del período preclásico (1500a.C. a 200a.C.) hasta la llegada de los conquistadores; se muestran: vasijas, figuras, estelas, altares, esculturas y utensilios diversos, mismos que representan a las culturas: teotihuacana, zapoteca, huasteca, totonaca, maya, olmeca, chichimeca, mixteca y azteca.
Su horario de visitas es de miércoles a lunes de 10:00 a 17:00 horas.
Dentro de lo más interesante que guarda, se encuentra una colección de cuadros al óleo, cinco grandes pinturas en
terciopelo, firmadas por Rafael Morante; objetos destinados al culto, muebles y un buen número de pertenencias y
curiosidades de las monjas.
Llaman la atención algunas dependencias que mantienen su aspecto original; entre ellas: el despacho de la superiora, la capilla doméstica, una celda de monja, el coro alto, el coro bajo, el comedor y la cocina.
Su horario de visitas es de 10:00 a 17:00 horas; de martes a domingo; el acceso requiere de cuota.
En estas salas y con una museografía muy adecuada, se exhibe el amplio acervo de piezas que lograron coleccionar las explicativas y grandes variedades de piezas ejemplares.
De la época prehispánica se exhiben objetos de cerámica, piedra y hueso, entre otros.
Destaca una escultura de jade con rasgos olmecas, considerada como una de las piezas más grandes en ese material, procedente de la región de Acatlán. Motivo de especial atención es también un entierro olmeca de Zinacantepec y un fragmento textil del siglo XI a. C.
En lo que respecta a la época colonial, se exhibe un mapa esquemático de la expansión misionera de las tres órdenes religiosas que realizaron la labor evangélica en la región de Puebla y Tlaxcala; se expone una idea general con relación a las fundaciones conventuales del estado.
Museo de Historia Natural.
Su creación se llevó acabo gracias a don Juan Naude Córdoba, quien donó su gran colección de animales disecados y varios trofeos de caza.
Se inauguró el 15 de enero de 1981 y rápidamente cobró fama nacional por la excelente presentación de su gran variedad de ejemplares que lo convierten en una gran escuela de zoología.
Dichos ejemplares se muestran en un total de cuarenta y seis exhibidores o dioramas, donde además se encuentran pinturas, texturas y vegetales, logrando conformar impresionantes ambientes representativos de diversas regiones del mundo.
Museo Amparo.
Fue inaugurado el 28 de febrero de 1991 y su objetivo principal es promover la cultura mexicana.
Exhibe una de las colecciones privadas más grandes de Latinoamérica, integrada por 2 500 piezas reunidas a lo largo de 40 años por Jacqueline y Josué Sáenz.
Este museo es uno de los primeros en utilizar la tecnología conocida como Sistema Multimedia (Disco Compacto Interactivo CD-I), donde está almacenada la información audiovisual de la colección museográfica.
La operación del sistema interactivo está disponible en cuatro idiomas (español, inglés, francés y japonés), a través de 21 estaciones computarizadas, localizadas en 14 salas que constituyen el museo.
Museo de Arte Colonial Religioso.
Se encuentra en el exconvento de Santa Mónica. Fue fundado en 1934 por la Dirección de Bienes Nacionales, que lo mantuvo en su dominio hasta el 3 de marzo de 1940, fecha en que lo entregó al Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Contiene una interesante colección del arte colonial religioso, constituida principalmente por objetos del mismo convento, así como otros provenientes de los conventos de Santa Rosa y de las Capuchinas.
Museo de Arte José Luis Bello y González.
Fue fundado por don José Luis Bello y González y su hijo don José Mariano Bello y Acedo; este último al morir en 1938 donó el edificio a la Academia de Bellas Artes; más tarde fue adquirido por el Gobierno del Estado para convertirlo en museo de arte, inaugurado el 21 de julio de 1944. Tiene 15 salas de exposición permanente, distribuidas en los tres niveles del edificio.
Entre ellas sobresalen pinturas europeas y mexicanas; muebles mexicanos, europeos y orientales; cerámica de talavera poblana; porcelanas chinas y japonesas, sarapes de Saltillo del siglo XIX; marfiles orientales y europeos;
marquetería poblana, mayólicas, acuarela sobre papel arroz, cristalería, relojes, ornamentos religiosos, herrajes,
calaminas, cobres michoacanos y españoles, espejos venecianos, lacas mexicanas de Guerrero y Michoacán.
También se muestran instrumentos chinos, un órgano monumental del siglo XVII y un piano inglés con arpa vertical descubierta, de principios del siglo XVIII.
Su horario de visitas es de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas; el acceso requiere de cuota.
Existe además una colección de máscaras de madera y cuero, procedentes de varias regiones del estado. Por último, se recomienda visitar la cocina del convento, la cual conserva su originalidad y el carácter típico poblano; está revestida completamente de azulejos y surtida de mobiliario y utensilios, propios de su época.
El museo cuenta con tienda artesanal y biblioteca especializada en la materia.
Se encuentra abierto al público de martes a domingo de 10:00a 17:00 horas; su acceso requiere de cuota.
El museo se inauguró el 22 de octubre de 1984 y desde entonces quedaron expuestas al público. Según últimos
estudios, los murales ilustran temas de grandes obras literarias del Renacimiento Italiano.
En consecuencia, esto significa que en la octava década del siglo XVI, en Puebla se leía a Petrarca, el Decamerón, y se pintaban con un matiz especial las corrientes europeas renacentistas.
La técnica pictórica es al fresco y temple con pigmentos minerales en su mayoría. Las salas por su contenido se han denominado: Sala Sibilina y Sala de Los Triunfos.
El horario de visitas es de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas; cuenta con guía oficial y su acceso requiere de cuota.
El horario de visitas es de 10:00 a 17:00 horas de martes a domingo.
Museo de Arte Popular Poblano.
Se encuentra en el exconvento de Santa Rosa. Fue creado con el objeto de difundir y preservar el patrimonio cultural del estado.
Distribuida en siete salas de exposición permanente, se presenta una exhaustiva muestra de artesanías, elaboradas en la entidad.
Cada una de las salas representa a una región; contienen una museografía muy original y amplia información, respecto a la procedencia, elaboración y uso de cada una de las artesanías expuestas.
Dentro del amplio contenido sobresalen: un quexquémetl de Pantepec bordado en brocado; vestimenta antigua de Hueyapan y trajes típicos en general; además, espuelas de cinco metales de Amozoc, una ofrenda de muertos de Huaquechula, un árbol de la vida bruñido y policromado de Acatlán y un muestrario de bordados de Altepexi.
Destaca también una colección de mobiliario poblano que incluye un lebrillo de talavera, espejos, secreteres, tocadores y vajillas de talavera.
Museo Casa del Deán.
Aquí se hallan los únicos ejemplos, en el continente americano, de pintura mural en construcciones civiles del siglo XVI. Se trata de obras anónimas, impecablemente conservadas en los cuatro muros de las dos únicas salas que conforman este museo.
El descubrimiento de dichas pinturas se dio a raíz de la demolición de la casa en 1953. Afortunadamente una gestión de intelectuales y organismos culturales las salvó de la total destrucción.
Sala Sibilina.
Se representa una cabalgata de elegantes sibilas (profetas paganas) que anuncian la redención de Cristo.
Son doce en total y portan estandartes vinculados a su origen. En un pequeño círculo se distingue la parte del evangelio a que hacen referencia.
Sala del Triunfo.
Estos murales están inspirados en el poema llamado Los Triunfos de Petrarca.
Las escenasmanifiestan de alguna manera el contenido del poema, representan: el Triunfo del Amor, de la Castidad, del Tiempo, de la Muerte y de la Fama.
Se aprecian antiguos carros romanos tirados por fabulosos animales y conducidos por distinguidos personajes, que en su veloz carrera hacia el triunfo han atropellado a quien se cruza en su camino.
Museo del Ferrocarril.
Está ubicado en la antigua estación de ferrocarril, la cual fue inaugurada en 1869 por el presidente de la República don Benito Juárez.
En forma general muestra al público una reseña histórica del ferrocarril, desde sus inicios hasta la época actual. Para ello cuenta con tres salas interiores: la primera exhibe la maqueta de la ruta del ferrocarril México-Veracruz, con algunas litografías de principios del siglo XIX; la segunda presenta una colección de litografías que ilustran maquinarias del siglo XIX y principios del XX. Finalmente, la tercera abarca toda la historia gráfica del ferrocarril.
En el exterior se muestran auténticos vagones de diferentes épocas y usos, incluyendo un vagón presidencial y una máquina de vapor antiguos.
Museo Regional Casa del Alfeñique.
Ocupa las instalaciones de la famosa Casa del Alfeñique, la cual fue adquirida por el gobierno del estado para convertirla en el Museo Regional de Puebla a partir de 1926.
El museo comprende lostres niveles del edificio; en el primero se halla una sala dedicada a la fundación de Puebla.
Destacan también cuatro códices indios del siglo XVI, de los cuales, el Lienzo de Quauhquechollan constituye un testimonio indio de la guerra de conquista de la Nueva España.
En el segundo nivel se encuentran pinturas al óleo, alusivas a la Batalla del 5 de Mayo, además faldas de la china poblana, maquetas de la ciudad de Puebla y una colección de admirables miniaturas.
Eltercero y último contiene las piezas amuebladas de la casa, incluyendo la tradicional cocina poblana y un oratorio
decorado con una réplica de la famosa Capilla del Rosario.
Museo de la Revolución Casa de los Hermanos Serdán.
Fue inaugurado el 18 de noviembre de 1960 con motivo de celebrarse el Cincuentenario de la Revolución Mexicana, y en memoria a los hermanos Aquiles, Carmen y Máximo Serdán Alatriste, iniciadores de la lucha contra la opresión de la dictadura porfirista.
Como su nombre lo indica, contiene información relacionada con la época de la Revolución, la cual duró cerca de diez años. El museo cuenta con veintiocho salas permanentes, distribuidas en dos niveles.
Entre la variada exhibición destacan: muebles de la familia Serdán, Arnold Belkin pintó aquí un mural en memoria de los caídos, denominado "Los Hermanos Serdán. La Lucha Continúa".
También se muestra el sótano donde fue hallado y victimado Aquiles Serdán. El horario de visitas es de 10:00 a 17:00 horas, de martes a domingo.
En el segundo nivel se encuentra la sala de Disección y Ciencias Naturales; en ella se exponen animales disecados,
láminas y maquetas de anatomía, así también utensilios de laboratorio y un fémur de mamut encontrado en la zona de Valsequillo.
En la sala de Física, localizada también en el segundo nivel, se muestran todos los aparatos del antiguo gabinete de física del Colegio Carolino.
Esta sala se subdivide en las áreas de mecánica, electricidad, óptica, astronomía, meteorología y sismología. Por último, en el tercer nivel se encuentra la Pinacoteca conformada por diez amplias salas, en las que se exhiben interesantes obras pictóricas que datan desde el siglo XVII hasta el XIX. Son de apreciarse por sus diferentes técnicas y principalmente por ser obras de grandes autores.
El siglo XVII lo representa el pintor poblano don Juan Tinoco con su colección barroca titulada El Apostolado; así también Pacheco de la Serna, Guillermo de la Portilla y el flamenco Guillermo de Borgraf. Del siglo XVIII figuran las obras del pintor poblano Luis Barruecos y del oaxaqueño Miguel Cabrera. Por último, el pintor poblano José Luis Rodríguez de Alconedo representa el arte neoclásico mexicano del siglo XIX.
Existen además muestras del arte plumario y obras al temple, provenientes de la antigua Academia de Bellas Artes.
El museo cuenta con un pequeño auditorio, propio para conferencias y audiovisuales, además de un stand para ferias de libros. El horario de visitas es de 10:00 a 16:30 horas de martes a domingo.
El museo comprende además una amplia colección de insectos, de los que sobresalen escarabajos y mariposas; ambos provenientes de diferentes partes del país y algunos exóticos de otros lugares del mundo.
Su horario de visitas es de 10:00 a 20:00 horas, durante todo el año. .Zona arqueológica Manzanilla. Está localizada a cinco km al norte de la ciudad de Puebla, en las inmediaciones de la colonia Noche Buena, comunicada con la carretera que conduce a los pueblos de la Resurrección y San Miguel Canoa ya sólo un km de la conexión con la carretera Puebla-Veracruz.
El área de ocupación abarca parte de las estribaciones del volcán "la Malinche", donde originalmente abundaba la vegetación de pino y oyamel.
El asentamiento tiene su origen en el horizonte preclásico, un poco antes de nuestra era y su máximo esplendor se da durante el período clásico temprano.
En forma general se pueden distinguir por lo menos siete estructuras o restos de basamentos piramidales, donde se aprecia la técnica constructiva a base de rocas de canto rodado o piedras de río, junteada con estuco. Lo más relevante es el juego de pelota en forma del que conserva sus dos taludes, banquetas y escalinatas.
El domingo es el día de mayor afluencia de visitantes, y como de costumbre, día propicio para que los anticuarios
muestren los objetos fuera de sus locales.
Réplica de una cocina poblana, la galería de los presidentes de la República, un espejo estrellado por las balas, la nómina de los defensores de este edificio al iniciarse la revolución, banderas de los sindicatos de esa época, periódicos, óleos, grabados de García Cabral; fotografías, billetes y retratos de algunos gobernadores de Puebla.
Museo Universitario (Casa de los Muñecos).
Fue inaugurado el 10 de diciembre de 1987 y es patrimonio de la Universidad Autónoma de Puebla. Son veinticuatro salas de exposición permanente y cuatro temporales, distribuidas en tres niveles.
Una de estas últimas dedica todo su espacio a la difusión universal y las tres restantes exhiben obras de artistas poblanos y de la propia universidad.
En cuanto a las salas permanentes, las del primer nivel exhiben fotografías, maquetas, dibujos y textos que en su conjunto hacen remembranza a la educación colonial en Puebla, principalmente a la instituida por los jesuitas y del Colegio del Espíritu Santo, (desde su fundación en el siglo XVI hasta su transformación actual). Exhiben además muebles coloniales y libros antiguos de autores como Rousseau, Descartes y Aristóteles.
Museo Vida Animal-Herpetario.
Fue inaugurado en marzo de 1986, gracias a los esfuerzos del coleccionista Enrique Benítez Gálvez.
Exhibe gran diversidad de reptiles vivos, tanto del país como del extranjero, entre ellos se incluyen: coralillo, nauyaca, voladora, cascabel y cobra, pero principalmente destacan los ejemplares denominados "pitones", catalogados como las culebras más grandes que hasta la fecha se exhiben en México; alcanzan una longitud de hasta 6 metros y llegan a pesar más de 100 kilogramos; habitan las selvas cálidas y húmedas de América y Asia.
Callejón de los Sapos.
Es otra de las zonas típicas del centro histórico de la ciudad. Se trata de un estrecho y largo callejón, donde se encuentran múltiples locales comerciales, especializados en la venta de antigüedades.
Se pueden adquirir muebles de madera, objetos ornamentales de vidrio, cobre, fierro y talavera, entre otros; además hay galerías donde se exhiben diferentes tipos de pinturas.
Día de Muertos (1 y 2 de noviembre).
Durante esta celebración, se exhiben en la Casa de la Cultura, barrio del Artista y otros lugares, las tradicionales ofrendas de muertos, conocidas también como altares.
Vistosos son sus arreglos florales naturales y de papel picado; no faltan las imágenes religiosas, las veladoras y las ofrendas que consisten principalmente en alimentos y frutas, de las que se dicen eran del gusto del difunto. Esta tradición es muy común en todas las casas poblanas.
Feria Nacional de Puebla.
Se realiza del 30 de abril al 31 de mayo, teniendo como sede principal sus propias instalaciones, localizadas en el Centro Cívico 5 de Mayo (cerros de Loreto y Guadalupe).
El programa incluye: exposición agrícola, ganadera, industrial, artesanal y gastronómica. Durante todos estos días se llevan a cabo eventos culturales, conciertos, teatro, danzas folclóricas y festividades artísticas variadas. Complementan la feria eventos cívicos y deportivos.
Es digno de mencionar la presencia de los centros escolares de Cholula, Tehuacán, Teziutlán y Matamoros, entre otros que invariablemente vienen a participar en el grandioso desfile. La festividad termina por la noche de ese mismo día con una desbordante verbena popular.
Estas artesanías se pueden adquirir en el mercado de artesanías "El Parián", o si lo desea, puede visitar Tecali que es la localidad más próxima a Puebla, donde existe una gran producción de estas artesanías.
Fiesta Cívica del 18 de Noviembre.
Se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana en Puebla, pues fue en esta fecha en que la familia Serdán y su club antirreleccionista, al ser sorprendidos con los preparativos para levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910, se enfrentaron a las fuerzas de los Rurales y al Ejército Nacional, sosteniendo un reñido combate, en el que sucumbieron veinte de los veintitrés defensores; los tres sobrevivientes fueron: la Sra. Carmen Alatriste Vda. de Serdán , la Sra. Filomena de Valle de Serdán y la Srita. Carmen Serdán.
A este hecho se le recuerda como la epopeya de la calle de la Portería de Santa Clara.
Fiesta de la Fundación de la Ciudad.
Se realiza el 16 de abril con motivo de la conmemoración de la fundación de la
ciudad, realizada el día citado, pero en el año de 1531.
Para ello, el ayuntamiento de la ciudad celebra ceremonias
cívicas y eventos artísticos; además hay verbena popular, fuegos artificiales y juegos mecánicos. En Catedral se realiza una solemne ceremonia religiosa.
Fiesta del 5 de Mayo.
Es la festividad cívica más importante que se realiza en la ciudad para conmemorarla Heroica Batalla del 5 de Mayo de 1862, efectuada en los cerros de Loreto y Guadalupe, y en la cual, el Ejército de Oriente al mando del general Ignacio Zaragoza, salió victorioso ante las tropas francesas.
El programa para conmemorar esta epopeya incluye ceremonias cívicas y un grandioso desfile cívico-militar, en el que participan: el Heroico Colegio Militar con su regimiento de caballería, los cadetes de la Escuela Naval de Veracruz, el Ejército Nacional con su batallón de infantería, regimientos de artillería y caballería; así también concurren los batallones indígenas de Zacapoaxtla, Tetela y Xochiapulco; además de un nutrido número de escuelas secundarias y preparatorias y atractivos carros alegóricos.
Fiestas Patrias ( 15 de septiembre ).
Se conmemora la Independencia de México y como en todas las grandes ciudades de la República, Puebla también se adorna e ilumina con los bellos colores nacionales para celebrar esta fiesta mexicana.
Como es tradición, la ciudadana se reúne en el Zócalo para que en punto de las once de la noche, conjuntamente con las autoridades gubernamentales, se realice la ceremonia del "Grito de Independencia".
Una vez terminado el acto cívico, la alegría invade el centro de la ciudad con una verbena popular y las típicas noches mexicanas en restaurantes, discotecas y centros nocturnos.
El Parián (Mercado de artesanías).
Se considera como el primer mercado artesanal de la ciudad y desde 1961 ocupa las instalaciones de lo que fue el antiguo mercado denominado El Parián.
Actualmente el lugar se encuentra debidamente acondicionado y remozado, con un total de 112 locales, en los que se expenden las más variadas artesanías que se producen en las diferentes regiones del estado.
A continuación se mencionan algunas: Talavera: vajillas y artículos decorativos.
Textil: trajes regionales, vestidos, blusas, sarapes, rebozos, chales, chamarras, fajas y manteles. Cuero: bolsas, portafolios, billeteras, cinturones y huaraches. Cerámica: vajillas y artículos decorativos. Alfarería: cazuelas, ollas, jarros, platos, tazas y floreros. Madera: guitarras, máscaras, bastones y portacasetes.
Palma: bolsas, tapetes, carpetas y sombreros. Joyería: de plata, alpaca, pavonada y de fantasía.
Cobre: platos, ceniceros, charolas, jarros, vasos y pulseras. Así también se encuentran muñecas de cera; papel picado, vidrio soplado, papel amate de Pahuatlán, la platería de Amozoc, la prestigiada dulcería poblana y una gran cantidad de recuerdos poblanos.
Talavera poblana.
Conocida originalmente como loza blanca y azulejo de Puebla; es un trabajo de cerámica vidriada con óxido de zinc y cuyo origen es sarraceno, difundido por los árabes en diferentes lugares del mundo.
Actualmente es quizá una de las artesanías más representativas del estado, y debido a lo sumamente delicado en la elaboración de las piezas, sólo quedan pocos centros de producción en la gran urbe.
Entre los productos que se elaboran destacan: vajillas, lámparas, floreros, fruteros, jarrones y maceteros, entre otros muchos objetos, principalmente decorativos. Se pueden adquirir en los siguientes centros de producción: Talavera de Puebla, 4 Poniente Núm. 911; Talavera de Santa Rosa, 2 Sur Núm. 3914; Talavera La Trinidad, 20 Poniente Núm. 305; Centro de Talavera Poblana, 6 Oriente Núm. 11 y Talavera Alonso Gil, Cerrada del Álamo Núm. 9, La Calera.
Alfarería.
Destaca la alfarería del barrio de La Luz, caracterizada por su loza café vidriada. Entre sus productos
sobresalen principalmente los utensilios domésticos como: cazuelas, ollas cafeteras, entre otros.
También es posible encontrarla loza negra de Tehuacán y Amozoc, así como los famosos árboles de la vida de barro policromado, provenientes de Izúcar de Matamoros y Acatlán de Osorio.
Ónix y mármol.
Es otra de las artesanías más famosas y reconocidas a nivel internacional; cuyos productos son
especialmente para decoración, tanto de casas como de oficinas y jardines.
La producción no se limita a los famosos alabastros de Tecali o Tehuacán, sino que incluye alabastros de otras minas y canteras de diferentes partes del país, y así con el esmero de las mejores manos creativas se elaboran las piezas más bellas del mundo.
La producción incluye principalmente: tocadores, mesas, estantes, burós, lámparas, macetones, lavabos, vajillas, jarrones, fruteros, escritorios, ceniceros, floreros, esculturas, fuentes, columnas y miles de piezas más, que se caracterizan por sus caprichosos y únicos diseños.
Platería.
Destaca la que proviene de Amozoc, principalmente por sus artículos de charrería, reconocidos internacionalmente.
Destacan las espuelas, cachas para pistolas, cuchillos y espadas; hebillas para cinturones, estiletes, charolas, copas, ceniceros y joyería de plata y hierro pavonado.
Papel amate.
Esta artesanía es de origen prehispánico y proviene de la localidad de San Pablito Pahuatlán, localizada al norte del Estado.
Se trata de tapices de papel elaborado con fibras vegetales.
Destacan por sus excelentes grabados y bellas pinturas que representan temas prehispánicos, típicos y populares, plasmados con todo el sentimiento indígena.
Al llegar a la ciudad de Puebla, el visitante tendrá desde cualquiera de las calles que desembocan hacia el norte, la grata impresión de contemplar esta maravilla natural que constituye un fascinante paisaje y que a su vez sirve de fondo a dicha ciudad por el lado noreste.
El volcán tiene varias rutas de acceso; por el lado de Puebla se encuentra la de San Miguel Canoa y por el lado de
Tlaxacala, la de Canoas por Santa Ana Chiautempan y la de Huamantla; siendo esta última la más hermosa de todas, aunque hay que rodear completamente el volcán, hasta el pueblo de Citlaltepec, por el rumbo de Acajete.
Textil.
La producción consiste en sarapes, jorongos, chales, rebozos, cotorinas, chamarras e indumentaria típica de las diferentes regiones del estado.
Destacan por su elaboración a base de hilo de algodón o lana, en los típicos telares de cintura o mecánicos, pero principalmente por sus vistosos diseños y colores.
Palma.
Es la artesanía característica de la región mixteca y su elaboración consiste en artículos utilitarios, además de decorativos, entre ellos: bolsas, portafolios, tapetes, sombreros, tenates, cestos y varios más que llaman la atención por sus diferentes modelos.
Todos estos productos se pueden adquirir en diferentes tiendas de artesanías; principalmente en el mercado El Parián.
Agua Azul.
Balneario de aguas termales ( mineral sulfurocálcica ), acondicionado con tres albercas (una de ellas con olas) y chapoteaderos.
Entre sus bellos jardines existen canchas de basquetbol, futbol, frontón, frontenis y juegos infantiles.
Cuenta además con servicio de vestidores, regaderas, baño de vapor, restaurante- bar, sanitarios y tienda de artículos deportivos.
Su horario es de 7:00 a 18:00 horas, durante todo el año.
Parque Nacional La Malinche.
Comprende el volcán del mismo nombre, cuya altura alcanza los 4461 metros sobre el nivel del mar.
Se le conoce también con el nombre de Matlalcuéyetl, voz náhuatl que significa "La de las faldas anchas", "La de las diez faldas", o bien "La de las faldas azules".
Esta bella montaña en su parte media marca el límite entre los estados de Tlaxcala y Puebla. Su cumbre es verdaderamente impresionante; con sus picachos y pequeñas cañadas se forma un rostro de mujer que mira eternamente hacia el cielo.
Su colocación es de noroeste a sureste, delineándose claramente su frente, ojos, nariz y boca. En su cumbre se admira la belleza extraordinaria de ese rostro cubierto con el blanco sudario de la nieve, mismo que contrasta con el verdor de los bosques formados por pino, abeto, ocote y oyamel.
Cerro de Loreto y Guadalupe.
Con ángulo visual de 360", se contempla una bella panorámica de la ciudad de Puebla, sobresaliendo a lo lejos, por el lado poniente los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl , y por el lado noreste el volcán La Malinche.