Por Faith Ralston (de North Oaks, Minnesota)
Este año decidí tomarme un descanso en México. Por muchos años había querido ir. Finalmente, partí de Minnesota en marzo. Cuando salí de casa estaba nevando, así que mi bufanda blanca me cubría hasta las orejas y mis botas me permitían caminar sin calambres. Ocho horas después, la bufanda quedó hasta el fondo de mi bolso; y mis pies, descalzos. Estaba en Chacala bajo un sol intenso, frente al más azul de los mares y con una fuerte brisa refrescando mi llegada. Este es un pequeño pueblo que mira de frente al Océano Pacífico.
Estoy encantada porque mi hotel es muy hermoso y desde mi sala me es posible para ver el mar. Pensé que este era un rincón bello y tranquilo, pero ayer descubrí que es un hotel único y raro.
Hace treinta años, la Dra. Laura del Valle creó este hotel, Mar de Jade, para el descanso de turistas. Pero pronto tuvo una visión mucho más grande. Y muy singular.
Aquí empieza lo único y raro: toda la comida en Mar de Jade es orgánica. En México, dice Forbes, sólo se consume 10 por ciento de los alimentos orgánicos que se producen. En Mar de Jade todo se consume y también se produce en un efecto ola que comienza en TAO de Jade, pedazo de tierra donde la Dra. Laura del Valle recolecta huevo y cosecha frutas, legumbres y verduras para que en las mesas del restaurante haya deliciosas salsas, guisados, ensaladas y excentricidades como mantequilla de maní hecha por las manos de expertos cocineros que llevan todos los sabores de la granja a tu plato.
Mis vecinos de mesa, otros clientes, me dicen que se enamoran con esta comida.
Y las bebidas tienen un sabor distinto cada día. Chía, limón, alfalfa, arroz, jamaica, té limón, guayaba. Y ¡todas son frescas, orgánicas y deliciosas!
Y detrás hay más. Ahí está lo más importante para mí. Con las ganancias de Mar De Jade, ella ayuda a la comunidad local creando oportunidades para que cada una de las personas que trabajan aquí tengan una vida mejor. Por ejemplo, TAO de Jade es una oleada de gente joven y adulta que trabaja, produce, aprende y vive diferente. Ahí crecen las frutas y los vegetales gracias al abono orgánico que llega desde los botes donde los turistas del restaurante arrojan los residuos de alimento. Nada se desperdicia porque se separa y va para el gallinero, para la composta y, luego, para nutrir la tierra. Todas las cosas aquí son utilizadas para diferentes propósitos.
En TAO de Jade no sólo están las huertas. Hay escuela. En un espacio enorme está la carpintería donde se hacen las sillas, los sillones y las mesas donde los turistas de Mar de Jade descansan y se divierten. También pulen, barnizan y trabajan el bambú para recubrir paredes, hacer puertas, closets y adornos de diseño rústico, perfecto para el ambiente de playa.
En TAO de Jade hay muchas oportunidades para que mujeres y hombres de la comunidad tengan trabajo y escuela. Y es importante para mí saber que la Dra. Laura del Valle paga a sus empleados más que otras empresas.
En Chacala, Dra. Laura vio que mucha gente menor de 18 años no pueden obtener trabajo. Frecuentemente, tuvieron que tomar una decisión entre trabajar y llevar dinero para sostener a la familia o estudiar. Consecuentemente, la mayoría no completa su educación básica porque no tienen acceso a la segunda opción.
La Dra. Lauro quiso encontrar una solución a esa crisis. Sobre todo porque en Chacala y los pueblos cercanos se repite este dilema entre la gente joven, y muchas veces queda atrapada entre las drogas y la desesperación. Con ayuda de la Universidad Tecnológica, instituciones estatales de Educación y el gobierno del nuevo Presidente de México, ella dedica el TAO de Jade a que hombres y mujeres estudien y completen la escuela secundaria y la preparatoria, además de aprender oficios que ponen en práctica en trabajo real, productivo.
En la escuela-taller TAO de Jade es posible aprender agricultura, carpintería, plomería, mantenimiento eléctrico, y servicio de industrialización de alimentos. Hay dormitorios. Es la única escuela que tiene un servicio gratuito de transporte que va por los estudiantes a los pueblos cercanos. Los estudiantes alternan los días de trabajo con los de asistencia a clases en la semana. Es un método excelente para obtener dinero y educación al mismo tiempo. ¡Es bueno para todos!
Otra idea que me gustó mucho es la utilización de pollos y gallos. Después de un año y medio de trabajo, era necesario obtener nuevos pollos para tener suficiente producción. En vez de matar a los pollos grandes, Laura del Valle los regaló a familias de la comunidad para que tuvieran huevo fresco y proteína en sus mesas.
Más recientemente, el proyecto de Dra. Laura fue construir una escuela para niños. Sus nietos estaban listos para comenzar la escuela pero sólo existía una opción de enseñanza en las aulas de la comunidad. Por esta razón, ella construyó la primera escuela de Montessori y hace una mezcla con otros métodos para obtener una excelente educación. Cerca de sesenta estudiantes asisten niveles uno a seis y aquí vi algo especial: niñas y niños aman ir a ese lugar, les gusta aprender. Están de buen humor y se divierten.
En este video se puede echar una mirada a la vida en la escuela:
La escuela no es pública, es privada. Para un pueblo de pescadores, pagar por educación no es fácil. Así que la Dra. Laura de Valle lo resolvió haciendo que las ganancias de Mar de Jade vayan directamente a la escuela y paguen las matricula de la mayoría de los estudiantes. Con cada turista que descansa aquí, los niños allí están aprendiendo a enamorarse de lo que aprenden. La escuela es una inversión grande para la futura y la próxima generación. Es mi privilegio saberlo y veo en las sonrisas de esos estudiantes el trabajo de la Dra. Laura, ¡es una dueña magnífica!
Creo que aquí hay un interesante “efecto ola”. Hay un sistema generador que permite el aumento de crecimiento, aprendizaje y colaboración, que se regenera cada día con amor, visión y compromiso con cada persona alcanzada por los proyectos y las acciones de Mar de Jade.
Salí de Minnesota muy abrigada y con la expectativa de reposo frente al mar. No imaginaba que, una vez que me quitara las botas y descansara entre frescura de plantas multicolores y refrescantes bebidas y comida deliciosa, estaría siendo parte de una ola que ha crecido, desde un hotel, hacia una escuela, una granja, unos talleres y un pueblo entero para dar mejor vida y más opciones a toda una comunidad.
Cuando tú quieras una vacacione grande, escogerás Mar de Jade. Tú tendrás una experiencia grande. Empezarás comiendo alimentos deliciosos y disfrutarás un espacio muy hermoso cerca del mar. Pero, al mismo tiempo, impulsarás una nueva ola con espuma fresca, ¡tú contribuirás a un futuro mejor para millones y apoyarás la creación un mundo mejor!