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Catedral testimonio de México
Invisible para los ojos de los humanos pero siempre presente para los de Dios, los testimonios y objetos que darán fe de la vida del México actual a las futuras generaciones serán contenidas en la nueva cápsula del tiempo que esta mañana colocaron las autoridades mexicanas en el remate de la torre oriente de la Catedral Metropolitana.
Presidido por el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, al acto acudieron los representantes del Senado de la República, la Secretaría de Educación Pública, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, de la Arquidiócesis de México y la Catedral Metropolitana.
Luego de que en octubre pasada fuera descubierta una caja del tiempo datada en 1791, cuando José Damián Ortiz de Castro finalizó la construcción de la Torre oriente de la Catedral, las autoridades culturales se dieron a la tarea de rescatar y exhibir los testimonios del siglo XVIII. ?Con el mismo espíritu?, como aseguró el presidente Calderón, algunos representantes de las artes, ciencias, cultura y hasta de los deportes realizaron un testimonio ex profeso para colocarse en la nueva caja de tiempo para alojarla hasta un punto futuro insospechado.
Para el presidente Calderón Hinojosa, el futuro deberá cambiar para el 2030 y alcanzar niveles de excelencia en rubros como economía, igualdad social, desarrollo urbano, ecología, educación, salud, etcétera.
Por su parte, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México, en su calidad de representante de la Iglesia local y como único testimonio religioso en la caja del tiempo, manifestó a través de una oración su deseo porque ?no falten los auxilios espirituales y materiales que necesitan tanto los pueblos del mundo como la Iglesia?.
Al igual que en el manifiesto orante hallado del siglo XVIII, el Cardenal Rivera elevó su oración en latín ?Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis, Misere Nobis? (Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten piedad de Nosotros) para dar testimonio del sentimiento de la fe que reside en la mayoría de los mexicanos.
Además de estos testimonios se alojaron el de Ruth Zavaleta, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y su homólogo en la Cámara de Senadores, Santiago Creel; el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia; del gobernador de Sonora y representante de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Eduardo Tours; del presidente del Colegio de México; del Colegio Nacional. De los científicos Mario Molina, premio nobel, y Julieta Fierro; de Miguel León-Portilla y Carlos Fuentes; así como de la golfista Lorena Ochoa y de Andrew Almazán.
La caja contiene el registro documentado de la caja del tiempo del siglo XVIII, la bandera y la constitución de México; la biblioteca digital mexicana, un acervo de artes musicales, plásticas y escénicas contemporáneas. Las obras del premio nobel de literatura, Octavio Paz; la tesis del nobel mexicano Mario Molina, un ?calendario azteca?, una colección de monedas, saludos en diferentes lenguas indígenas del país, la película Los Olvidados de Luis Buñuel, patrimonio de la humanidad; periódicos mexicanos, las aportaciones de México al mundo, la foto satelital del país, el genoma del maíz, genomas de dos bacterias endógenas, la lista del Premio Nacional de Ciencias y Artes y hasta el uniforme de la delegación mexicana en las Olimpiadas Beijing 2008.
Además se incluyeron diferentes documentos gubernamentales sobre el Estado Mexicano y los proyectos del sexenio del presidente Calderón.
La caja del tiempo fue fabricada en acero inoxidable; mide 22 centímetros de ancho, 32 de largo y 25 de alto, en la tapa superior grabado el escudo nacional.
